Eva de Dominici, la talentosa jóven de 23 años protagoniza Sangre Blanca junto a Alejandro Awada. Una película dirigida por Bárbara Sarasola-Day donde Dominici interpreta a Martina: una chica que cruza un frontera con cápsulas de cocaína metidas en el cuerpo. En exclusiva la actriz, que ganó un Martín Fierro por su papel en el unitario La fragilidad de los cuerpos, charló con Revista WATT sobre qué significó este año para ella tan cargado de éxito laboral y feminismo.

texto. Stephanie Peuscovich / @stephiepeusco


¿Cómo fue interpretar a Martina?

Me interesaba mucho porque cuando leí el guión, era muy fuerte. Digo fuerte estructuralmente, estaba muy bien, no sentía que había que hacerle nada, ni que tenía mucho para mejorar. Estaba muy bien. Lo más interesante es que Martina es una persona normal viviendo una situación extraordinaria. Es una persona que es ajena a todo lo que está viviendo. Está en una frontera, un lugar que no le corresponde. Se queda con un cadáver en la habitación de un hotel de frontera con una persona que conoció hace dos semanas. No sabe a quién recurrir y llama a su padre que la abandonó y es un completo desconocido. Y por otro lado juega un juego que le queda tan grande que ella no tiene idea. Es una persona que vive una situación que no le pertenece.

 

¿Personalmente cómo lo viviste?

La película fue filmada en el Chaco salteño y en la región del gran Chaco boliviano. Filmamos la película en la frontera de Bolivia con Argentina que se conoce como la zona de Positos, y esa zona está todo el tiempo en las noticias tal vez por el narcotráfico pero nadie sabe qué aspecto tiene. Es una zona super tropical, muy verde, que tiene ríos, cerros, una diversidad cultural enorme. De repente hay guaraníes, descendientes de sirios, alemanes, una comunidad menonita grande. Y te impresiona tanta diversidad porque es algo que no lo tenemos tan lejos, está acá en Argentina. Y es muy distinto a lo que yo estoy acostumbrada a ver en Buenos Aires y además está muy lejos de cualquier urbanización, es una zona rural y de repente vos querés ir a estudiar a la universidad de Salta y tenés 7 horas de viaje en auto. Es un montón.

 

¿Cómo fue trabajar con una directora mujer?

Hay más confianza. Pero creo que también tiene que ver con el guión, la historia del personaje es pasar por momentos desagradables todo el tiempo. No sé si un hombre hubiera puesto la mirada de hombre con alguna carga o algún deseo y tal vez lo hubiera visto de otra forma. No lo sé porque tampoco me voy a poner a suponer. Pero esta película en particular no tiene nada erotico ni ninguna una carga sexual.  De hecho hay una escena de sexo pero es completamente desagradable, todo el tiempo decis por Dios pobre mina, las situaciones que está viviendo.

 

Este año recibiste un Martín Fierro, protagonizaste una película junto a Alejandro Awada. ¿Sentís que este es tu gran año laboral?

Es un gran año, claro que sí. Pero para mi son pequeños pasitos que voy dando y de repente miro para atrás y digo ¡Guau, es muy loco!. Estoy muy agradecida, obviamente. Y trato de disfrutar todo porque no sabes lo que te depara el destino. La gente con la que me tocó trabajar me ayudó mucho a crecer, fue muy generosa. Yo no puedo pedir más, estoy muy contenta con lo que me pasó hasta ahora- lo cual no quiere decir que no siga apostando por nuevas cosas y desafíos. Y corriendo riesgos, pero no tengo miedo.

 

¿A qué riesgos te referís?

Cada vez que grabo una película corro cierto riesgo de pensar qué van a decir las críticas. No trabajo para eso, ni para un premio, trabajo porque la actuación, de verdad es lo que más me gusta y hay muy pocas cosas en la vida que a mi me hagan sentir tan viva. Es una adrenalina cuando dicen acción y a mi se me vuela la cabeza. Una sensación muy especial. Pero también querés saber las devoluciones y eso es correr riesgos todo el tiempo.

 

¿Por qué crees que las actrices se involucraron con la despenalización del aborto?

Porque era necessario. Yo empecé a reflexionar un montón con esta movilización. Me puse a pensar por qué estaba pasando esto. Yo crecí en una familia súper machista, como la mayoría de las personas que crece en una sociedad que es hiper machista y que uno ve a esos valores como los correctos. Además tus padres también te enseñan lo que ellos consideran que es lo mejor y te crean con ciertos valores que se meten en la cabeza, desde un cuento hasta lo que sea: se te crea una imágen y vas tomando conciencia del lugar que a vos te corresponde como mujer.

Lo interesante de esto que pasa tiene que ver con una necesidad, y donde hay una necesidad tiene que haber un derecho. Porque la mujer estuvo desplazada y nosotras mismas nos acostumbramos a eso y fuimos las que nos dimos ese lugar también. Y de repente el aborto legal, seguro y gratuito viene a repensar todo. Yo antes de participar nunca fuí de ponerme una bandera, decía por qué si yo soy actriz y lo que quiero hacer es actuar, no tengo la obligación de hablar de política u opinar de las cosas. Pero empecé a ver que hay un montón de gente que me sigue y no sé si es una responsabilidad pero sí una oportunidad. Cuando veo toda esta movilización digo para, hay mujeres que de verdad necesitan este derecho, nos está faltando. Esto excede la postura que cada una tenga, a mi me chupa un huevo lo que yo pienso del aborto, si lo haría o no. No importa, hay mujeres que deciden hacerse un aborto, tienen que pasar por una situación espantosa, tienen que tener una culpa horrible: porque las tratan como criminales, y lo tienen que hacer de contrabando. Pero además de todo eso la mujer que no tiene recursos económicos lo tiene que hacer de una manera riesgosa. Incluso mujeres que muchas veces son madres. Hay que cambiar un montón de cosas, y eso es lo lindo. Yo leí un libro que se llama Teoría king Kong (virginie Despentes) y dije bueno, me voy a poner a repensar todo lo que enseñaron mis padres, no voy a juzgar a nadie porque todos estamos aprendiendo. Pero siento que estamos en una etapa súper positiva: me doy la opción de equivocarme y de empezar a entender que tal vez las cosas no son como yo creía. Siento que es un movimiento súper positivo.