Ayer se estrenó All Inclusive la película que protagoniza Alan Sabbagh junto a Julieta Zylberberg. Una comedia romántica dirigida por Diego y Pablo Levy, que cuenta la historia de una pareja que se va de vacaciones a Brasil pero las cosas no salen tal cual lo esperado. Pablo, interpretado por Sabbagh, es un arquitecto frustrado que está a punto de ganar el proyecto más importante de su vida pero lo pierde, lo despiden del trabajo y no sabe cómo decírselo a su novia. A todo esto, el pasaje que sacó a Brasil no tiene reembolso.

texto. Stephanie Peuscovich / @stephiepeusco


Alan Sabbagh elige muy bien qué papel interpretar. Su fuente de ingreso no es a través de la actuación sino que siempre cuenta con otros negocios. Por eso, cuando los hermanos Levy le ofrecieron volver a protagonizar un film (ya había tenido el papel principal en Masterplan) no lo dudó. El actor que realiza la obra teatral Carlos en el Centro, nos explica cual es el humor que lo identifica y se emociona al hablar de los importantes proyectos que tiene para el año que viene.

 

Es la segunda vez que trabajas con los hermanos Levy, ¿Cómo fue la experiencia?

Por obligación (se ríe), no. Estaba muy contento con el resultado de Masterplan que fue una producción mucho más chica que esta y confié. Hice esa película, me gusto mucho lo que hicieron con tan poquito porque era realmente minúscula. Entonces confié ciegamente en que tenía que seguir trabajando con ellos. Primero me gustaba la idea de la peli, la mirada de su dirección y el humor que ellos hacen. Y con el resultado de la película anterior tenía ganas de repetir.


¿Cómo definirías esa mirada?

A mi me gusta el tipo de comedia que hacen. Se parece más a lo que podría hacer yo. Aunque es un fantasía, tengo ganas de dirigir en algún momento, es algo de toda la vida. Encontré mucha afinidad en el tipo de humor que abarcan y eso fue determinante.


¿Y particularmente en esta película, qué fue lo que más te atrajo?

Me gustaba esta pareja que está super bien pero se les empieza a ir todo a la mierda. No es que están en un momento de crisis, están bien, quizá con algunas decisiones para tomar. Pero me gustaba esa idea de una pareja que está bien, se va de vacaciones y por un mínimo conflicto que mete mi personaje, una boludez, una mala decisión, se le empieza a hacer una bola de nieve de problemas. Eso me gusto mucho.


¿Te sentís identificado con el personaje de Pablo?

El personaje miente o medio que oculta algo y yo no soy así, para nada. Nunca me pasó eso de hundirme en un problema por tanto tiempo y tan grave. Tampoco que se me vaya todo de las manos.


Con Julieta Zylberberg compartieron rodaje en El rey del Once, ¿Cómo fue volver a trabajar en una película juntos?

Fue un golazo, cuando me enteré que laburaba con ella me puse contento porque además de ser lo más como comediante y actriz, está buenísimo saber que te conoces para trabajar y te relajas porque sabes que vas a tener una excelente devolución. Tiene mucho criterio. Para mi ella es espectacular para trabajar, me siento súper cómodo. Ni hablar con el resto del elenco, a todos los conocía aunque con algunos no había trabajado. Fue un equipo muy puro, muy sincero y con cero ego.


La película está realizada en Brasil y también acá, ¿es más complejo tener que trasladarse a otro país para grabar?

Mi mujer me banca bastante, pero es un tema también. Yo tengo hijos chiquitos y demandan mucho. Fue un tema de logística familiar, nos arreglamos por suerte porque ella se la re banca. Y sabe que para mi esto es re importante. Cuando agarro un proyecto saber si tengo que viajar es algo que me interesa mucho porque implica una logística. Es como que todos tienen que vivir para mí en mi casa y no es fácil.


¿Cuáles son los proyectos que vienen para el futuro?

Voy a arrancar una película que se llama Perdiendo el control que dirige Néstor Sánchez Otelo y que protagoniza Betiana Blum. Interpreto a uno de sus hijos y como estamos todos muy alejados de ella, se le ocurre una idea muy loca para tenerlos cerca. Es una participación más chica, no es un protagónico. Hay una película con Sebastián de caro que surgió inmediatamente después de hacer 20 mil besos y en su momento se cayó y ahora parece que resurge. Puede ser que el año que viene la hagamos. El título hace cuatro años era Eres un paranoico contra los Nazis. Fue un proyecto que se cayó, pero está buenísimo y no lo digo por protagonizar sino porque el guión es excelente. Rompí mucho las pelotas para que se haga y estamos al borde de concretar.