Facundo Arena, autor de los libros El camino de la creatividad y Crear o reventar, formó parte de nuestro ciclo de entrevistas #WattOnAir y nos contó, entre otras cuestiones, cuáles son las claves para no perder el entusiasmo durante esta cuarentena obligatoria.
Aunque son tiempos nuevos y de incertidumbre para todos, es una gran oportunidad para conectarnos con nosotros mismos, aumentar la dosis de aquellas cosas y personas que nos hacen bien y trabajar en eliminar aquellos hábitos que no nos están potenciando.
Texto: @carotopolaperiodista / Fotos: @facundoarena
Veo que tenés ropa muy colorida hoy… ¿Eso potencia el entusiasmo y la creatividad?
Sí, los colores y el ambiente en el que vos estás te estimulan todo el tiempo. Yo uso colores y objetos que me entusiasman. En lo que respecta a mi lugar de trabajo siempre tengo instrumentos musicales y libros porque me gustan mucho.
Facu, pasaron varios días de la cuarentena y muchos ya no sabemos qué hacer. ¿Cómo podemos cambiar nuestra actitud?
Lo primero es no sentir culpa porque no es natural ni bueno ni normal estar tanto tiempo encerrado pero es necesario. Aunque también es necesario, para que el nivel de padecimiento no sea cada vez mayor, que vos le dediques cada vez más esfuerzo a la tarea de acercarse a lo que te hace bien. Hay una tarea que hacer respecto a ayudarnos a pasar el tiempo de la mejor forma posible, podés hacer pequeños ajustes y cambios en tu ambiente. Por ejemplo, yo estoy todo el tiempo en estas cuatro paredes así que me pego notitas motivacionales, cambio los libros de lugar y reconstruyo el ambiente para sentir que pasan cosas nuevas.
Claro… estamos acostumbrados a aceptar el ambiente tal y como está e incluso a veces ya ni nos representa.
Exacto, pero para hacer eso tenés que hacer un poquito de silencio y preguntarte qué cosas te hacen bien hoy en día y después hacer que estén más visibles en tu radar. Si siempre te gustó la música, el yoga o la cocina tratá de conectarte con eso. Mirá un video de youtube, hacé una sesión de meditación guíada… No queda otra que empezar a ayudarte, nadie va a venir para que vuelvas a tu centro.
“Está bueno tener todos los días un encuentro con lo que te entusiasma”
¿Y qué pasa con la pérdida de entusiasmo? Muchos creen que ya hicieron todo lo que podían hacer.
Lo que vos me decís es muy común en las personas creativas y tiene que ver con que el proceso creativo tiene sus momentos y sus etapas. Hay momentos en los que estás a full, pensando y haciendo, hay otros en los que te va a costar más y otros en los que no vas a querer saber nada y vas a querer desconectarte del tema. Lo primero que tenés que saber es que eso es inevitable, va a suceder. Está bueno saber sintonizar con el momento en el que estás y a veces bajar un poco la marcha. No está mal en este momento de pandemia y de cuarentena aburrirse un poco, hacer silencio, ver la tele o no hacer nada…Agarrar una tarde y decir no hago nada, me tiro en la cama, miro al techo y veo qué me pasa. Cuando uno hace silencio empiezan a asomar las cosas más propias de uno.
Me llamó mucho la atención lo del proceso creativo. ¿Cuáles son las etapas?
La creatividad tiene un camino, un recorrido. Desde que te cae una idea hasta que la nutrís y la terminás realizando. La clave para mi son dos cosas, cuando tengas una idea sacatela de la cabeza lo antes posible porque la cabeza es un torbellino, está llena de cosas y preocupaciones. Escribila en un cuaderno, dale forma, ponele un nombre y protegela de vos misma. Después pasa de la imaginación a la acción, le llamo imaginacción, salirse del rollo interno que tenemos y hacer algo para que nos trascienda. De esta forma, la idea empieza a cobrar vida. Esto te entusiasma y te enciende. Está bueno tener todos los días un encuentro con lo que te entusiasma. Pero también entender que toda la dinámica humana es fluctuante, a veces estamos arriba y a veces abajo, hay que tenerse paciencia.
Siempre me interesó mucho tu idea de renovar el entusiasmo. ¿Podrías compartir el concepto?
Yo uso siempre la metáfora del tanque de nafta del auto. Vos vas andando, llenás el tanque y estás muy entusiasmado hasta que de repente empezás a perder el entusiasmo porque se te empieza a vaciar el tanque. Muchas personas piensan que ese entusiasmo tiene que venir sí o sí de la misma actividad que están desarrollando, entonces a veces te peleas con vos misma porque no entendés por qué te pasa lo que te pasa. Cuando en realidad lo que sucede es que podés ir a cargar el entusiasmo a otra parada, hacer otra actividad. Capaz en ese momento el entusiasmo que vos necesitás no viene de tu actividad, sino de tener una charla con una amiga o de leer un libro que te inspire. Cuando agarrás ese entusiasmo de otro lado después lo podés volcar en tu actividad.
“No se trata de borrar un mal hábito, sino de debilitarlo e incorporar nuevos”
¿Te llegó la pizza de Cosi Mi Piace?
Sí, me llegó y me encantó. Ahora le voy a entrar. Se acaba acá el vivo.
¿Sos más de lo dulce o lo salado?
Soy muy de lo dulce, pero amo la pizza mal y me viene súper bien.
¿Se puede potenciar la creatividad a través de la cocina?
Sí, es un ejercicio maravilloso. La creatividad es combinar elementos y ponerlos en pos de un propósito. La cocina en ese sentido es un proceso creativo maravilloso porque combinás los elementos y los pones en propósito de algo como agasajar a un otro por ejemplo.
¿De qué hablamos cuando hablamos de combinar elementos?
Por ejemplo, si tengo un poco de madera, sierra, clavo y martillo puedo hacer una mesa. Combino elementos y los pongo al servicio de un propósito. Después vemos el resultado, pero el proceso es eso.
“Vos podés hacer lo que quieras pero primero te tenés que convertir en esa persona que soñás”
¿Hay que combatir al aburrimiento?
No existe el aburrimiento hoy en día porque al toque entrás a las redes y escroleas. Hay que rescatar la idea del aburrimiento. Ese aburrimiento que te pregunta: ¿Y ahora qué hago?. Hoy en día es muy difícil que surja esa pregunta por eso hay que rescatarla. En esta cuarentena con los chicos, por ejemplo, hay que tratar de hacer algún espacio vacío para que surjan ideas, esa actividad creativa.
También es importante ese concepto que vos siempre desarrollás del tiempo. No es necesario tener todo un día para conectarse con ese momento de creatividad….
Total, no es nada. Son 15 minutos. Leete un libro mientras desayunás o antes de irte a dormir apagá todo y mirá el techo. Todo en su justa medida, buscando siempre el equilibrio.
También es clave saber poner el límite de hasta cuando estuvo bien.
Lo que te decía de ayudarnos, es fundamental. Cada uno sabe hasta cuánto le está haciendo bien el consumo de una serie, del celular e incluso de una comida. Uno se da cuenta. Es muy importante esa lectura interna que cada uno puede hacer de sí mismo. Si vos te das cuenta que cada vez que te levantás agarrás el celular, tendrás que comprarte un despertador y dejar el celular en el living. Si te gustaría adoptar el hábito de la lectura, prepárate el desayuno y dejá el libro ahí para verlo cuando desayunás y agarrarlo. De eso hablaba el otro día con Fio Vitelli, una nutricionista bastante conocida en las redes. Ella me decía que lo mismo pasa con la alimentación, no es un accidente la alimentación. Tenés que tomarte unos minutos para preparar eso que querés comer. Es una manera de ayudarte, sino no te viene a ayudar nadie.
Sí, en algún punto es diseñar la vida que querés vivir. Elegir la pareja, la comida, los proyectos laborales que queremos encarar. En ese sentido… ¿Vos crees que somos libres a la hora de diseñar nuestro día a día?
Wow, qué pregunta. Una pregunta muy inteligente porque tiene varias aristas. Yo creo que todos tenemos el potencial de diseñar nuestra vida, definitivamente. El laboratorio de Life Design de Stanford en esa anda, están utilizando metodologías de innovación y creatividad para armar estilos de vida. Está buenísimo y da muchos resultados. Ahora, no sé si todos en este momento somos libres para tomar la decisión y caminar en esa dirección. Necesitamos herramientas, conocimientos y recursos que nos empoderen para confiar en nosotros mismos y jugárnosla en la vida. Herramientas que no nos enseñaron en la escuela y que muy pocas carreras universitarias las enseñan. Generalmente en la sociedad no se las visibiliza mucho. El potencial lo tenés, vos podés hacer lo que quieras y es cierto, pero primero te tenés que convertir en esa persona capaz de hacer lo que quiera y eso es un laburo.
¿Qué tipo de herramientas?
Cognitivas, que te permitan interpretar cómo funciona tu mente y cómo podés hacer que funcione a favor de tu propósito creativo porque muchas veces la cabeza hace lo que quiere y terminás adquiriendo malos hábitos, malas relaciones… así que por un lado herramientas cognitivas. Y después todo lo que tiene que ver con herramientas físicas, saludables y vitales. Tomar agua, descansar, estar sana y bien. Todo lo que tiene que ver con tu ser, estudiar sobre aquellas cosas que te generan curiosidad. Es un gran laburo pero hay que hacerlo si querés vivir la vida que imaginás.
¿Cómo se pueden cambiar los hábitos que nos juegan en contra?
Te explico cómo funciona el sistema generador de hábitos del cerebro. El sistema generador de hábitos instala en una parte profunda de tu cerebro tareas que vos hacés todos los días, por ejemplo lavarte los dientes. Te levantás a la mañana y te lavás los dientes de manera automatica. Bueno, lo mismo probablemente pasa con las veces que agarrás el celular o agarrás el chocolate de la heladera, todos tenemos esos hábitos. El sistema tiene tres etapas. La primera es el disparador: algo que te recuerda que tenés que hacer algo, por lo general, es visual. Agarrás el celular porque lo ves. Lo ves y le prestás atención. Paso número dos, hacés la rutina. Paso número tres obtenes una recompensa. Cuando te lavás los dientes es porque vas al baño, ves el cepillo y lo hacés. Cuando terminás sentís una frescura por la menta, pero esa frescura no tiene nada que ver con la higiene. Esa frescura está puesta ahí para que te de una recompensa por haberte lavado los dientes y te ayuda a generar el hábito. Si te deja un gusto a nada o te deja un mal sabor es muy poco probable que vos adoptes el hábito de lavarte los dientes. Cuando vos entendés que son estos tres pasos, tenés el poder de modificar tus hábitos. Empezá a visibilizar lo que te hace bien, tené más cerca a las personas que te hacen bien y cuando te das cuenta que no estás jugando a tu favor, ayúdate. Date una recompensa después de cambiar el hábito, hacete un café con leche calentito si lo lograste. O si corrés, volvé y prepárate un rico licuado. Cambiá tus hábitos y empoderate con esas herramientas que te ayudan a lograr la vida que querés.
¿Se puede interrumpir el proceso una vez que arrancó?
Generalmente si no sos consciente no lo podés interrumpir, pero si te das cuenta tenés el poder. Ejemplo agarrás el celular, lo dejás, hacés otra cosa y luego te das una recompensa es muy probable que lo puedas superar y cambiar en poco tiempo. Hay algunos científicos que dicen que se necesitan 20 días para cambiar un hábito. Hay un libro maravilloso que se llama el poder de los hábitos que explica esto. Y ahora hace poquito salió otro libro que se llama hábitos atómicos que es el mismo esquema pero aplicado a pequeñas decisiones cada día que hacen efectos domino.
¿Es cierto esto que se dice de que para cambiar un hábito hay que reemplazarlo por otro?
Sí, porque la verdad, y es la parte triste de esta historia, es que los hábitos no se borran. Aquellos que están en lo profundo de tu cerebro no se van. Por eso es que los fumadores nunca dejan de tener esas ganitas o los que toman mucho café… Así que a veces aflojan y se toman un café o se fuman un cigarrillo. No se trata de borrar un hábito, sino de debilitarlo y darle lugar a otro para fortalecerlo.
¿Y cómo elegir con que nuevo hábito vamos a reemplazar al viejo?
Repasá todo tu día y hacé un listado de todo lo que hacés y consumís en el día. Desde el té de la mañana hasta las horas que pasás en Instagram. Escribí qué suma y qué resta. Si sos honesta con vos misma vas a saber que 5 horas en Instagram no suman y que caminar media horita sí. Y ahí hacés un balance y llegás a un equilibrio. Es una tarea de todos los días.