Pablo Lescano: “No creo que esté en un trono. Yo solo vivo la música, transpiro cumbia todos los días de mi vida”

Con solo 12 años, Pablo marcó su destino y empezó a hacer sacrificios por la música tras cancelar su viaje de egresados para pagar la primera cuota de su órgano Kawai. Después de pertenecer a bandas como Amar Azul y Flor de Piedra, decidió abandonar el segundo plano para crear Damas Gratis, donde pasó de tecladista a cantante de forma inesperada. Desde entonces ha logrado trascender en el tiempo hasta convertirse en el principal referente de cumbia del país.

Texto. Andrea Arzola @andrearzola / Foto. Mariano Michkin @marianomichkin


Al llegar, su personalidad se hace notar pero su sonrisa es humilde y cercana, saluda a todos sin excepción. Damas Gratis une en un solo sentimiento a todas las clases sociales y como líder del género, lleva en la sangre los ritmos de la cumbia villera. Desde abajo y sin ayuda de nadie logró crear una carrera envidiable, por eso hoy se conforma con el cariño de la gente y con seguir haciendo música, lo que más le apasiona en la vida.

 

El poder del barrio en tus canciones es evidente ¿Le atribuís tu popularidad al mismo?

Y sí, porque cuando empecé a hacer música, lo hice para los pibes de la esquina de mi barrio e hice canciones de lo que yo tenía ganas de hablar, no de lo que otros quisieran. Al grabar el primer disco les dije a los chicos: “Miren muchachos, hice esto”. Lo que jamás pensé es que iba a tener tanta repercusión y que iba a pegar tanto, más allá del barrio.

Hablar de estos temas es romper con los moldes y retratar la crudeza del día a día ¿Te sentís una especie de Robin Hood?

No, para nada. Yo trato de retratar mi día a día, después lo demás es secundario, no lo hago bajando línea ni en pedo. Cada quién toma mis canciones como quiera tomarlas.

Lograste llegar a todas las clases sociales con tu música. ¿Sentís que le cantás a todo el que te escucha?

Yo canto y el que quiera escuchar que escuche. Me pasa como a todos en la vida, a veces recibo críticas y otras veces halagos. Hay shows que son más divertidos, hay otros que son más amargos, pero en definitiva nosotros hacemos música. Empezamos a tocar, la gente explota y se divierte, sea de donde sea.

Pasaste de tecladista a cantante y la banda se convirtió en el referente más importante de la cumbia, ¿Te imaginás algún día alcanzando todos los continentes?

Yo creo que no salimos mucho afuera porque tenemos tanto trabajo acá y somos tan regionales que es muy jodido parar la pelota y pensar en un disco que sea global. Hago lo que hago y lo disfruto. Estoy muy convencido del estilo musical que elijo y al que pertenezco y muy conforme con lo que tengo. No quiero más, no me interesa salir en las tapas de las revistas a menos de que tenga feeling con la gente, como con ustedes. Por ejemplo, prefiero ir a Sin Codificar que está el gordo Migue (Granados) con Yayo y ya los conozco así que puedo hablar sin tapujos y ser yo.

Se puede decir que ¿No disfrutás mucho de la fama?

La recontra disfruto. Pero no se si la fama, sino más bien la popularidad. A mi me encanta aquella mirada cómplice, de que vas por la calle, ves a una persona, te sonríe y vos le sonreís de vuelta. Voy a un restaurante, me piden fotos y yo recontento. Disfruto mucho el cariño de la gente y hay que disfrutarlo porque lo que me pasa es algo único.

“Por más que quiera nunca termino descansando, vivo ATR todo el tiempo, lo tengo como estilo de vida”

Vivís con tu señora e hijos ¿Cómo hacen para seguirte el ritmo?

Ahora venimos de vacaciones y estamos más tranquilos, pero en febrero casi nunca estuve en casa. En el momento que estoy me hago chicle, porque no me quiero perder de nada (risas). Trato de estar con los chicos y también con mi señora, pero por más que quiera nunca descanso porque vivo ATR todo el tiempo, lo tengo como estilo de vida (risas). Ahí es cuando pienso “Ojalá que el día tuviera 48hs” para poder organizarme y hacer todo lo que me gustaría.

¿Cuál es tu secreto para perdurar en el tiempo? llegan artistas nuevos y ninguno parece quitarte el trono…

No creo que esté en un trono. Yo solo vivo la música, transpiro cumbia todos los días de mi vida. Es eso de la constancia y el persevera y triunfarás lo que hace que funcione. Además hago lo que me gusta y me divierte, no es que me digo: “Uh, hoy tengo que hacer la tarea, tengo que trabajar”. Me pasa que tengo que salir a la ruta, y ando mal dormido, pero cuando arrancás y ves que la gente se divierte, es una carga que me reanima, como un shock. Por más cansado que esté, subo al escenario y se me hierve la sangre porque la gente me transmite su energía.

 

¿Cuándo sentiste que tu pasión era la música?

Mis viejos todo el tiempo me decían que no tenía que tocar música porque eso no me iba a dar de comer. Pero una vez que entré a Amar Azul, ahí no paré más. Mi papá me acompañó un montón en todas mis decisiones, le decía “Quiero tocar en una bandita de cumbia” y me llevaba. El que de verdad me formó fue Gigena, un profesor de mi barrio que tocaba guitarra, me enseñó a tocar de oído y así fue como le enseñé yo a mi hijo.

¿Te gustaría que ellos siguieran tus pasos?

Lo que pasa que si yo te doy esa respuesta y ellos la leen estaría influyendo en su decisión y es algo que no quiero hacer, que hagan lo que tengan ganas. Mi hijo por ejemplo tiene una desafinación natural. Si yo no afino, el menos (risas), pero cuando me comentó que le gustaba el Trap aproveché y le dije: “¿Por qué no probás con el Trap que se usa tanto autotune? Si tenés la voz tan desafinada con eso va a caminar” (risas).

“Disfruto la popularidad. Me encanta aquella mirada cómplice, de que vas por la calle, ves a una persona, te sonríe y vos le sonreís de vuelta”

¿Cómo te manejás con los comentarios negativos de las redes?

Todo lo que escribo lo analizan y la verdad que para mi el Twitter es para decir pelotudeces (risas). Por suerte casi nunca tengo comentarios negativos, pero cuando hay me pongo muy mal, dejo por un tiempo las redes sociales y después vuelvo. A la vez me gusta porque logro interactuar con la gente y casi siempre son los mismos con los que hablo. También está bueno porque podés colocar el link de tu canción y no tenés que esperar a que la pasen en la radio.

Tocaste con artistas de múltiples géneros ¿faltaría alguno?

Sí, he colaborado en otros géneros pero reniego un poco por el qué dirán porque sé que yo soy cumbiero pero la gente habla mucho (risas). Ahora no tengo idea, eso se va viendo con el tiempo, según la banda, la época, etc.

“Por más cansado que esté, subo al escenario y se me hierve la sangre porque la gente me transmite su energía”

Te gustan mucho los vinilos ¿Pensaste en editar alguno?

Sí, me encantan. De hecho tendría que comprar algunos pero primero debería armar el tocadiscos que tengo en casa para poder escucharlos. Ya tengo mi propio vinilo pero no se comercializa, quizás más adelante puede ser, pero ahora no sé.

Cuando formabas parte de Amar Azul, ¿Te hubieses imaginado llegar a donde están ahora?

No sé si donde estoy ahora, lo que sí sé es que estaría tocando cumbia. Porque es mi cultura, son mis raíces. Yo crecí escuchando cumbia, más allá de que mis viejos escucharan otra cosa.

¿Qué consejo le darías al Pablito de hace 20 años?

Qué pregunta eh. Me diría “No reniegues Pablito, no reniegues”.

ATR

Mi estilo de vida:

A Todo Ritmo

Cuando tengo hambre:

Amor Trae Ravioles

Cuando estoy cansado:

A Todo Ronquido

y Muchos más…


REMIX

TU MAYOR PLACER CULPOSO

Estar ATR todo el tiempo

ALGUNA MANÍA

Estar ATR todo el tiempo

UN SUPERPODER

Poder leer la mente de las personas

INSULTO FAVORITO

Andate a cagar

LO MÁS LOCO QUE HAS HECHO POR AMOR

Amar

ÚLTIMO PENSAMIENTO ANTES DE DORMIR

No tengo porque veo la tele y ahí caigo desmayado

 

 


Dir.Arte: @valeczerwo – Asist. Foto: @andiilarsen / Make Up: @melisadibenedetto- / Video: Film Oh! Producciones / Agradecimientos: @Presidentebar – @Misintimosamigos