Pani es el apodo de Eliana Trotta, publicista y visionaria, que supo convertir un garaje de palermo en lo que hoy es uno de los delis con más éxito de Buenos Aires. Desde sus comienzos el propósito fue la innovación, tanto en las recetas como en la decoración, para generar una experiencia completa, no solamente un lugar para sentarse a comer. Y así como te lo anuncian, Pani es verdadermante delicioso.
Texto. Flor Garibaldi / Fotos. Monstruo Estudio
Pani arrancó a estudiar Publicidad en la UADE y cuando terminó se dedicaba a organizar eventos empresariales que le resultaban demasiado acartonados y no podía aplicar su creatividad. Las ganas de enfocarse hacia la cocina estaban presentes desde hacía mucho tiempo pero la presión social de seguir una carrera universitaria de grado, desvió por un tiempo su camino.
Una vez que supo que aquello no era lo suyo, finalmente dio rienda suelta a su sueño: cocinar por amor. “Estaba llena de miedo porque sabía que no iba a ser publicista y no me divertía la organización de eventos. Arranqué con tortas, me inclinaba más por lo dulce. Me gustaba hacerlas y venderlas. Al principio ni lo difundía, se pasó de boca en boca. Cuando me puse las pilas y comencé a hacer un desarrollo de marca, abrí Facebook y mi meta era todos los días postear contenido. Soy de religión mixta, pero Pani creció mucho en la comunidad judía de mi generación y me empezó a llamar tanta gente que quedé desbordada”, recuerda Pani de sus inicios.
Pasó de trabajar sola en su departamento a tener que hacerse cargo de un local que su mamá (según afirma es su gran gurú) le regaló para impulsarla a perseguir su meta, aunque ella no estaba segura de ir por ese lado. A pesar de que era un garaje que no se amoldaba en nada a sus expectativas, con la ayuda de un arquitecto logró transformarlo en lo que ella tenía en mente. Pero primero había medido energéticamente el sitio y recién ahí se convenció de que era el adecuado.
Al tener que hacerse cargo de todo, tuvo que abandonar la cocina, cuando ella siempre se había visto en ese lugar. Entonces, llegó el momento de encontrar alguien que siguiera su misma línea y lo más importante, que sea de confianza para cederle sus recetas secretas. Llamó a una amiga, que estaba trabajando en la cocina de un hotel en Rosario, y luego de escuchar la idea de Pani se subió enseguida a la travesía y aún hoy sigue siendo la pastelera central. “Después de dejar el local como quería, abrí, explotó y al principio se nos fue de las manos, teníamos una hora de demora para entregar los pedidos. Estaba 16 horas por día, desde las siete la mañana. Atendía las mesas, levantaba los platos, limpiaba el baño. Tenía los ojos obsesivamente en todo. Además, es una zona donde se corta la luz todo el tiempo y me la pasaba con problemas. Cuando tomás la decisión de crecer, ahí aprendés a dejar cosas en manos de otros. Pero en ese momento Pani desbordó y yo también. Fue mucho de golpe. Me dio un pico de estrés. Cuidado con lo que deseas porque se puede cumplir”, cuenta Pani.
Como todo esfuerzo rindió sus frutos, la convocaron para participar en el shopping Recoleta Mall. Si bien querían que esté en el patio de comidas, fiel a su marca, pidió estar en la calle y se lo concedieron. En el 2013, abrió esta segunda y enorme sucursal, que era cuatro veces más grande que el primer Pani y fue uno de los factores que colaboraron para revivir la zona. A partir de allí, comenzaron a lloverle más propuestas, como por ejemplo de Paseo Alcorta, y tomó la de Galerías Pacífico porque quería hacer ruido en el micro centro de la ciudad. Cuando ya estaba dando un montón de pasos empresariales, metió su cuarto hit con la apertura de Palermo Soho. También, acaba de vender la marca a Perú y pronto estará cruzando las aguas internacionales.
“Para mí Pani es una experiencia. Tenés arte, decoración, te divertís, no es sólo ir a comer. La mayoría de los mozos son artistas, me gusta que tengan sensibilidad y atractivo. Estaba convencida de que esto tenía que ser una marca, no un simple lugar para tomarse un café. Desde que empecé en esto, armé todo de manera diferente”, concluye Pani.
PALABRAS MAYORES
“Si uno realmente hace lo que quiere no puede fallar. Tenés que poner tus energías en lo que te gusta y animarte a ponerlas. Es importante encontrar a alguien que te impulse y te diga que podés, en mi caso fue mi mamá”