El co-fundador de Zafrán, una de las compañías de snacks saludables más reconocidas de la Argentina, habló con WATT sobre el mundo del emprendedurismo.
Qué es lo que le permite ser fiel a sus principios, qué hace para convertirse todos los días en la mejor versión de sí mismo y cúales son las creencias limitantes que prefiere dejar a un lado para avanzar.
Texto: @carotopolaperiodista / Fotos: Sol Abadi y @
¿Qué características pensás que reúnen todos los emprendimientos que son exitosos?
A mi el concepto de emprendedor exitoso no me va. Lo cuestiono un montón. Para mi ser exitoso depende mucho más de qué querés vos y de cómo vivís que de lo que logre tu emprendimiento y de qué pase con eso. Ser exitoso para mi es que Zafrán siga siendo fiel a mis principios y a lo que quería lograr. Tener propósito, mejorar la alimentación de la sociedad, trabajar en la inclusión laboral, activar el medioambiente y proteger la biodiversidad.
¿Cuáles son los pros y contras de emprender en un país como la Argentina?
Reniego mucho de andar quejándonos todo el tiempo del país. Son las reglas o los cambios de reglas con los que convivimos. Muchas veces es difícil por la inflación y la inestabilidad pero es lo que toca y prefiero no andar quejándome todo el tiempo.
¿Qué emprendedores argentinos seguís?
Estoy muy metido con las empresas que se dedican a los alimentos y a la tecnología.
¿Cuál es el mayor desafío que te presentó Zafrán?
Zafrán me presenta desafíos todos los días. Mi mayor desafío es conocerme más, crecer y ahora puntualmente estoy en una etapa en la que tengo que delegar más. La empresa sigue creciendo y se va transformando en una PyME cada vez más grande. Ahora tengo que ejercer un nuevo liderazgo manteniendo la visión y el propósito de la empresa.
¿Qué tenés en cuenta a la hora de reinventar el producto?
A la hora de desarrollar productos tenemos muy en cuenta a qué segmentos estamos apuntando. Nosotros nos dedicamos a mejorar la alimentación y en eso hoy cada vez conectamos más con que si la tierra no está bien cuidada es muy difícil que comamos bien. La última línea que hicimos fue “Zafranito” que apunta a combatir la obesidad infantil, la gran pandemia de la que hoy no hablamos tanto pero que es por ahí hasta más grave que el covid. La idea es que los chicos se enganchen con alimentos ricos, integrales, orgánicos y con muchísimo menos azúcar.
¿Cómo construiste la identidad de Zafrán?
La identidad de Zafrán se construye todos los días con cada mensaje, cada foto. Nosotros buscamos que sea una marca activa y activista en pos de la alimentación y de las causas que a nosotros nos importan. Queremos que sea conocedora, que investigue, que crezca y que evolucione. Construímos mucho desde el Instagram y desde el mailing. El año pasado incluso certificamos como empresa B cuyo objetivo es social y ambiental. Buscamos que ese sea el foco del emprendimiento.