Antes se descubría a las modelos cuando estaban tomando un café o por subirse a un avión, hoy quienes logran ser exitosas en el mundo de la moda – en general – lo hicieron gracias a las conexiones de sus parientes, que ya tienen fama y acceso. Estas modelos que predominan en el mundo actual son conocidas como nepobabies.
Por: @beluprieto | fotos: instagram.
La industria del modelaje ha cambiado drásticamente en la última década. Pasamos de modelos descubiertas en los 90s en cafés, conciertos o incluso caminando por la calle, a jóvenes millennials y GEN Z que llegaron a la pasarela y las revistas de moda gracias a quienes son sus familiares.
A esas jóvenes se las conoce como nepobabies, término que proviene de la combinación del concepto “nepotismo”, que implica una desmedida preferencia hacía parientes, con la palabra bebé en inglés. Son aquellas modelos que alcanzaron el éxito gracias a las conexiones de su familia.
Estamos hablando de Kendall Jenner, Hailey Bieber, Gigi, Bella y Anwar Hadid, Cara Delevingne, Kaia Gerber, Lily-Rose Depp y muchísimas más. La lista es larga, y es probable que, aunque no lo sepas, aquella modelo que todos conocen sea hija de algún mogul de la moda, alguna actriz de cine o hasta una modelo de los 90s.
Al ver que este ámbito es dominado por las Kaia Gerbers del mundo – hija de Cindy Crawford en este caso -, nos podemos preguntar si el talento dejó de importar. Si los días en que Kate Moss fue reclutada por una agencia en el aeropuerto JFK de Nueva York quedaron atrás y, hoy en día, el nepotismo gobierna en las pasarelas, ¿importa el talento o solo el apellido es lo que vende?
La respuesta a esa pregunta es subjetiva. Aunque es cierto que las modelos de los 90s fueron contratadas puramente por su belleza y talento, no podemos afirmar que Kendall Jenner, Hailey Bieber y las demás nepobabies no sean talentosas. Por algo más que su apellido las grandes marcas las contratan, ¿no?
El problema empieza cuando escuchamos comentarios hechos, por ejemplo, por modelos como Kendall Jenner. La hija de la medallista Caitlyn Jenner y la empresaria Kris Jenner dijo en una controversial entrevista para Love Magazine: “Desde el principio, fuimos súper selectivas a la hora de elegir los shows en los que iba a participar. Nunca fui una de esas chicas que hacen 30 shows en una temporada o lo que sea que ellas hagan”. Este tipo de declaración, claramente privilegiada, dio inicios a críticas por parte de modelos profesionales que no habían llegado al éxito gracias a sus conexiones familiares.
El hecho de que la mayoría de las grandes modelos conocidas hoy en día sean hijas de celebrities demuestra que la existencia y éxito de las nepobabies perpetúa la falta de diversidad en la industria. Las modelos que no son afortunadas en términos de conexiones personales probablemente tengan muy pocas oportunidades – o incluso ninguna – de trabajar con las grandes marcas del mundo de la moda que eligen a las hijas de celebrities. En consecuencia, la industria es cada vez menos alcanzable para talentos emergentes. Y, si sí logran modelar, no solo probablemente tengan un sueldo menor sino que, además, no tendrán la posibilidad de negar shows, porque hacer muchos es la única forma de llegar al éxito.
En la industria, compiten la sobreexigencia y el sueldo injusto contra el precio de un apellido y la fama desde nacimiento. Claramente, hoy en día, los nepobabies están en ventaja y dominan este mundo.