Con tan sólo 16 años llegó a la televisión con el ciclo juvenil de Cris Morena, Jugate conmigo, y descubrió que quería ser actor. Hoy es uno de los galanes más aclamados y es imposible contar la cantidad de tiras en las que participó. Este mes, con su vuelta a Telefé, lo veremos en 100 días para enamorarse.
Texto. Florencia Garibaldi / Foto. Mariano Michkin
Hace muchos años queríamos entrevistarlo a Luciano pero tiene la política de no dar muchas notas. Por eso, habíamos construido un mito alrededor de su persona y creíamos que iba a ser un poco mala onda. Sin embargo, desde que llegó no paró un minuto de hacer chistes y tuvimos que aplicar el gran refrán de que las apariencias engañan. Muy bien predispuesto, nos regaló parte de su franco para charlar con nosotros y posar para las fotos.
Venís de hacer un gran éxito como fue Las Estrellas y la estás rompiendo en tiras televisivas. Arrancaste en un programa de entretenimiento, ¿cómo fue tu camino hacia la actuación?
Sí, entré por Jugate y tuve la suerte que Gustavo Yankelevich nos inculcara que para trascender en esto había que mejorar. Justamente por eso estábamos ahí. En mi caso no me daba la capacidad para más, sin subestimar lo que fue Jugate, no tenía nada que ver con la tele y entré fresquito. Bajo esa misma filosofía apareció Raúl Serrano que daba un taller para Telefe y me aconsejó que si me quería dedicar a la actuación estudie en una escuela de teatro. Entonces, tomé sus clases y también me fui a España donde conseguí una beca para estudiar. Ahora ya llevo 26 años, pero no se sabe el camino que hice en el medio.
“No me molesta hacer de galán, pero me gustaría hacer otras cosas como a todo artista. Quedarte siempre en lo mismo es un poco monótono”
Podés afirmar que arrancaste bien de abajo…
Atrás de eso hubo un trabajo minucioso para sostenerme y lo hice de menor a mayor. Fui matón 1, matón 2, estuve fuera de foco, no tuve ni nombre, pasé por todas las etapas. Hay gente que tiene otra posibilidad, otra forma de llegar. Capaz hacen un buen casting, entran a un programa y ya están colocados. A mí me costó muchísimo y me encanta decirlo. Aparte de todo esto soy ser humano, ¿sabías? Tengo problemas, defectos, errores por doquier, lo que se te ocurra lo tengo, tres hijos y un montón de responsabilidades mucho más importantes. Para dedicarme a la actuación tuve que dejar de lado aquello y eso me molesta, es un bajón. Es una carrera muy egocéntrica y cualquiera que está al lado tuyo y te quiere llega un momento en el que te dice: “Andá, hacé lo que quieras pelotudo”. Y que te vaya bien, porque sino después quién te aguanta.
Si tuvieses que analizar tu carrera, ¿qué personaje dirías que fue el que te llevó un paso más allá?
Cuando actué en El Tiempo No Para. Estaba laburando con una generación de actores ya instalados, como Rafael Ferro, Belén Blanco, Dolores Fonzi, Antonio Birabent, Nacha Guevara, Julieta Ortega, Sofía Castiglione. Todos tenían un nivel actoral que para mí era grandioso estar ahí. Ahí sentí que entré y que nadie iba a sacarme. Venía de hacer Los Roldán, tenía el pelo re largo, te hablo del año 0 antes de Cristo, cuando Poncio Pilato lo traicionó. Me dejaron pelarme y oscurecerme el pelo. Estaba con todos animales de la actuación.
Siempre representás el rol de galán, ¿te gustaría correrte de eso?
No me molesta, pero si me preguntás me gustaría hacer otras cosas como a todo artista. Quedarte siempre en lo mismo es un poco monótono. Intento hacer algo distinto cada vez que puedo. En Las Estrellas que era comedia no me importaba lo que decía, quería ser gracioso. Trato de aportarle algo a mi personaje. 100 días también es una comedia, pero romántica, aunque tiene una cuota más real que Las Estrellas, cuyo único conflicto era el de las hermanas, los demás acompañábamos. Con Señores Papis me habían contratado como galán y después hice una deformidad con la voz y pasó a ser una tira costumbrista y quedé por completo fuera de lugar. Son riesgos.
Lo bueno de la tira es que como actor te permite agregarle condimentos al personaje y ver cómo te funciona, no tenés la rigidez del guión del cine…
Los que hicimos muchas tiras sabemos que empiezan a suceder cosas en el piso y ahí tenés la respuesta inmediata si querés probar algo. Hace poco le decía justo a Nancy (Dupláa) que como nosotros ya hicimos 67 tiras sabemos qué puede llegar a garpar o no. Eso es una ventaja.
“Aparte de actor soy humano. Tengo problemas, defectos, hijos y responsabilidades. Para dedicarme a esto tuve que dejar de lado cosas importantes y me molesta”
¿Crées que sin el trabajo en equipo no funciona?
Un equipo es una tira te diría. Si no formás un buen equipete estás muerto. Siempre sostuve la idea de que uno puede dar lo que puede dar, pero con un buen director brilla cualquiera. Y si tu compañero está en un nivel actoral alto a vos te suma, después si no estás vos a la altura del otro es tu problema. Otra cosa clave, es tener un gran antagónico. En Herederos de una Venganza sin Vicuña (Benjamín) nada hubiera sido igual, fue lejos lo mejor. Él entró cuando ya llevaba un mes la tira, para hacer sólo unos capítulos y quedó porque fue superior. Cada vez que me tocaba actuar con él era increíble. Es un actor de método, muy formado y tenía miles de propuestas. A mí me exigía eso. Cuando trabajás mucho también te “aburguesas” porque ya sabés qué da efectividad.
100 Días para Enamorarse es tu vuelta a Telefe, ¿cómo es Diego Castelnuevo, tu nuevo personaje?
Estoy muy contento y a nivel ego me gratifica mucho volver a Telefe. Es un déjà-vu caminar por esos pasillos y me hace acordar a cuando estaba en Jugate y veía a los más grandes como Gustavo Bermúdez que siempre tenían una sonrisa, una opinión o un consejo. De la historia lo que más me gusta es que son amigos que se reencuentran después de muchos años y que justo cuando yo llego sucede algo terrible entre Juan (Minujin) y Carla (Peterson). Mi personaje se vuelve a ver con el de Nancy, que fue su único amor de toda la vida. Es un tipo que no quiere saber nada con tener pareja o familia, como elección de vida, no porque es un chongo. Elige estar solo. Nancy se vuelve loca cuando lo ve y a él le pasa lo mismo. Ella le tira todas las estructuras a la mierda.
De chico te querías dedicar al boxeo, ¿estás contento de haber fusionado esa pasión con tu trabajo actoral?
Siempre lo mismo. Cada tira que hago me dicen que boxee. Pero que hijos de puta, hice de boxeador hace cinco minutos. Puedo jugar al squash. Caen en ese prototipo de: “Es grandote, que boxee y ponelo en bolas cada 15 minutos”. Me da bronca, que lugar común. Si hay un lío tengo que ser el que intimida a los demás, ¿por qué no puedo ser el cagón? Puedo ofrecer algo más que ser el que está bien físicamente.
¿Solés plantarte frente a eso?
¿Estás loca? No sabes las peleas que tengo. Igual no me molesta serlo, no quiero que sea una constante. Si quieren que haga un deporte, puedo jugar al fútbol, al básquet. Me pelée más con Furriel (Joaquín) que Mayweather con Maidana (risas). Encima te lastimás y cansás más en una coreo que peleando de verdad, lo se porque hice las dos cosas.
“Estuve casi un año sin hacer nada y en casa me mandaron a laburar. Volví a la tele porque tuve la posibilidad. Acá el imprescindible no existe”
Hubo un tiempo que seguiste boxeando mientras actuabas, pero Adrián Suar te dijo que no caigas más con la cara lastimada….
Tuve un problema y me cagó a pedos. Me dijo que él me pagaba para que actúe no para que boxee. La única vez que manifesté que algo no me gustaba fue en Valientes, imaginate mi autoridad frente a Suar. Me miró como diciendo: “¿Qué me dijiste?”. Tiene 36 respuestas si le pregunto algo. Sebastián (Ortega) también, me empieza a hablar y ya me olvidé qué le pregunté. Me hacen entender con argumentos, después me canso y dejo de hablar.
Es difícil parar de trabajar cuando dependes de estar presente en la televisión, ¿cómo llevas ese ritmo?
Paré, estuve casi un año sin hacer nada y en casa me mandaron a laburar. Mi familia a los cinco días no me aguantaba más. Mis hijos querían que me vaya y mi mujer ni te cuento, me dijo que me era infiel a propósito para que me fuera (risas). Volví a laburar porque tuve la posibilidad. Acá el imprescindible no existe.
REMIX 9×9
JUGADOR FAVORITO CUANDO ERAS CHICO
Maradona
TU INSULTO PREFERIDO CUANDO VES UN PARTIDO
La concha bien de tu madre
¿QUÉ HARÍAS SI TUVIESES 24 HORAS DE IMPUNIDAD DESPUÉS DE QUE ARGENTINA PIERDA LA FINAL?
Me quedaría en casa compartiendo con la familia (lo dice irónicamente)
TRES ELEMENTOS INFALTABLES PARA VER EL MUNDIAL
Agua, lugar cómodo, estar solo
DOS PARTIDOS FAVORITOS
Argentina-Brasil del 90 y la final del Mundial del 86
UN PENSAMIENTO ANTES DE VER UN PARTIDO DE ARGENTINA
Ojalá ganemos
¿QUÉ JUGADOR SERÍAS?
Un Tolo Gallegos
¿QUÉ PARTIDO FUE EL QUE MÁS SUFRISTE?
Cuando perdimos la final contra Brasil y le había prometido a mi hijo que le íbamos a ganar, me pasó lo del argento prototipo
EL GOL QUE MÁS GRITASTE
Argentina-Brasil en Italia 90, el de Claudio Paul (Caniggia)
Dir. de Arte & Styling: Vale Czerwonogora / Video: Film Oh! Producciones / MakeUp & Pelo: Gastón Flores @gastonf06 para MALA Peluquería
Agradecimientos: No End – Casa Sur Pilar – New Balance – Prensa Telefe