Javier Ibarra, alías Kase O, es indiscutiblemente el rey del hip hop español y un ícono del rap. Su último trabajo, El círculo, es su gran obra maestra. No sólo por ser disco de oro sino porque lo considera como su camino hacia la reinvención y redención, en el que logró unir en un todo al artista con su persona. Este crack de la rima llega al Luna Park el 12 de abril.

Texto. Florencia Garibaldi  Foto. Cortesía Kase O.


 

Sos considerado el ícono del rap en España, ¿cómo hacés para seguir superándote después de tantos años y no perder el puesto en el podio?

Es muy duro para mí ser etiquetado así y fue difícil el proceso de escritura de El Círculo. Al ser considerado uno de los mejores, la gente ya espera de mí un muy buen rap. Me costó mucho porque nada de lo que escribía me parecía que estaba a la altura “del mejor rapero de todos los tiempos”. Me llevó un año gestionar esa cuestión, en el que estuve sin escribir una palabra y escuchando ritmos que no me gustaban. Estuve buscando quién era cómo persona, por qué hacía rap y específicamente por qué hacía este disco. La solución fue ser sincero y no pintarme como alguien superdotado, sino todo lo contrario, humanizarme.

Siempre te catalogaron como un semidiós, ¿te sentís más mortal entonces?

Asumí después de mucho tiempo que soy una persona más que sufre, que mete la pata y que tiene manchas en su currículum y arrepentimientos. Que la sociedad diga que sos un semidiós es absurdo, y no es que me lo crea, pero sé que hay ciertas expectativas. Es mucha presión, además del canón personal de uno mismo, de llegar lo más alto posible de tus expectativas.

KaseO RAP

EN tu trabajo rompiste con el purismo y lograste mezclar al rap con otros géneros…

Todo eso forma parte de la sinceridad. No se puede vivir haciendo lo que los demás quieren. Lo más bonito en esta vida es romper miedos y salir sano y salvo. Me gustan muchos géneros de música y diferentes palos del rap. Como artista, con 38 años ya no tengo por qué imitar a mis ídolos o el rap que hacen los demás. No quería seguir haciendo lo mismo de siempre basado en iguales cánones estéticos, por ejemplo los del rap de Nueva York que siempre soñé sonar como ellos o hacer los mismos flows que Rakim pero en español. Al enfrentarme a la composición de El Círculo quería ser Kase O o Javier Ibarra. Cuando eres tú mismo y no te quedas encerrado en un género se abren todas las puertas y hasta aparecieron canciones de amor sincero que parecen estar prohibidas en el rap.

“Asumí después de mucho tiempo que soy una persona más que sufre, que mete la pata y que tiene manchas en su currículum y arrepentimientos”

Algo también particular del rap es el rol que le otorga a la mujer porque la cosifica, la rebaja, la pone en una relación de poder en lo sexual por debajo del hombre, ¿cómo lograste correrte de eso?

A la mujer no se la deja bien parada. Romper con eso fue divertido y arriesgado pero me ha salido bien. Hay muchos tipos de rap pero la tendencia mundial es esto: el sexo fácil, que la mujer sea un objeto sexual, desde los videos musicales hasta las letras. Ya no soy un crío, he conocido muchas mujeres, sé por lo que pasan y no me apetece ni grabar un disco, ni subir a un escenario echando más mierda al asunto. Quiero aportar mi granito a la lucha femenina, hacer canciones románticas, hablar del amor y es lo que intenté con mi disco. A diario tenemos que dar lo mejor y mi fórmula es dar con mi rap un mensaje positivo y buena energía.

En Twitter publicaste “Me cago en Despacito”, en relación al tema de Luis Fonsi. ¿Por qué tenés un panorama tan negativo de la música actual?

Hablo desde la ignorancia porque no escucho la música actual y por eso la ignorancia es tan atrevida y me lleva a decir que esta es la peor música de la historia (risas). Está mal generalizar pero la sensación que tengo es la de que si no tienes un videoclip hoy en día nadie te escucha. Para mí la música es un ente por sí mismo y se tiene que reproducir en tu cabeza. Ya sé que soy un viejo, pero si escucho una canción de Queen o de Led Zeppelin no necesito ver un videoclip, en mi cabeza aparecen imágenes. Te llevan muy lejos mental y espiritualmente. Entonces existe esta tendencia de que si no te ven la cara no te escuchan, y eso ya no es música. Eso es ver quién es el más guapo. La gente quiere ser famosa, no hacer música. Y los métodos que se usan son muy fríos. La tecnología enfrió todo y no es lo mismo oír un disco de Aretha Franklin que de Amy Winehouse, que igual es increíble, pero la esencia es otra. Cuando oigo robots cantando con todo afinado y en su sitio, ya no me mola.

KaseO RAP

La industria cultural genera modelos a seguir que determinan las tendencias y un músico tiene que ser físicamente de cierta manera, tener un estilo que se imponga y la música queda en último plano…

Imponen estéticas, que si te sales de ellas ya no estás en la onda. Esto claramente hablando de la música comercial, que está hecha para bailar o para no pensar tanto. Pero está la música culta también que tiene un público que no quieren cancione vacías, ni seguir ciertos estereotipos. Con El Círculo podés ver un humano, no tan perfecto, alejado de lo que quieren vender por lo general de los artistas. Me siento ajeno de todo eso que intentan imponer.

“A la mujer no se la deja bien parada en el rap. Quiero aportar mi granito a la lucha femenina y mi fórmula es dar con mi rap un mensaje positivo”

Ahora en abril te toca ser la estrella de un lugar tan mítico como el Luna Park. ¿Qué sentís de volver a la Argentina pero en las grandes ligas?

Es un orgullo. Siempre oí a Calamaro o a Sabina hablando del Luna Park y es mi sueño tocar ahí. Ya llevo diez años viajando a la Argentina, cada vez con más público. Quiero que me vean todos los rapers de Buenos Aires en un show con buenas rimas y buenos trucos. Estoy deseando ir porque es una puesta en escena muy arriesgada y dura. Espero que la gente responda lo máximo posible. Quería llegar a tener este espacio tan grande para que me vean todos los raperos que me quieran oir.


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