El periodista y conductor se sumó a nuestro ciclo de entrevistas, #WattOnAir, y nos contó cómo vive la cuarentena obligatoria, cuáles son sus mayores miedos, en qué invierte su tiempo y en qué consisten los proyectos que algún día le gustaría concretar.

Por otro lado, se atrevió a hablar de lo que admira de su compañero de trabajo, Andy Kuznetsoff, y de la gran relación que tiene con su mujer, quien lo enamoró hace más de 30 años. ¡Disfrutá de la nota y encontrá el vivo completo en www.instagram.com/revistawattok !

Texto: @carotopolaperiodista / Fotos: @schultzgabriel


Hace poco vi que en un programa de TV mostrabas tu casa y contabas que tu mujer puso unos elefantes de adorno para atraer dinero al hogar. Se ve que es creyente… ¿Vos cómo vivís este momento? ¿Con fé?

Mi actitud es mayormente de incertidumbre, esa palabra es la que más refleja mi estado actual. Incertidumbre con respecto a mi salud y a la de quienes quiero. Incertidumbre laboral, con respecto al planeta, es decir, no tengo ninguna certeza. A mi me gusta tener certezas y en este momento me está costando mucho.

Ahora que estás haciendo radio a través de Zoom y tenés que mirarte mucho a la pantalla. ¿Qué tipo de pensamientos se te vienen cuando te observás?

Lo primero que pienso es que me tengo que cortar el pelo, hoy hablaba de eso, hace tres meses y medio que fui a la peluquería por última vez. Igual más preocupado debe estar el peluquero porque hace tres meses que no abre su espacio de trabajo.

Por otro lado, siempre estoy pensando en esas cosas, en el hecho de cuánta gente tiene problemas de verdad en este momento…. Cualquier cosa de la que me quiera quejar es poco comparado con lo que le pasa al resto. Al hacer el programa por Zoom, estoy todo el tiempo gritando. Grito mucho porque no nos escuchamos, el auricular en la radio te devuelve tu voz y ahora no pasa eso. Estoy todo el tiempo gritado, es muy rara la sensación.

¿Se te vienen otro tipo de críticas? Por ejemplo, pensar que tendrías que haber entrevistado de otra forma….

Sí, siempre. Cuando hago notas pienso siempre eso, igual últimamente estoy corrigiendo eso. Ahora estoy haciendo radio también a la tarde y como somos dos tengo más lugar para entrevistar, a la mañana a veces me quedo con ganas de hacer preguntas. Antes era más crítico con respecto a mi trabajo. Me pasa que cuando hago notas con gente que me cae mal, dejo de ser objetivo y eso me mortifica porque tendría que ser más objetivo y no me sale.

Ahí tendría que salir tu actor… ¿Qué te da el actor que el periodista no te lo da?

Me da la capacidad de jugar y de no tener que depender de mi intelecto para decir algo. Digo una letra que otro escribe y la interpreto. Haber estudiado me formó. Yo empecé a actuar antes de estudiar actuación y me doy cuenta de la diferencia que me produjo estudiar, me siento mucho más conforme con mi trabajo y más seguro ahora que estudié. Además, utilizo herramientas que antes no tenía y me empezó a dar menos vergüenza, porque también sentía que ocupaba un espacio que no era mio. Cuando empecé a estudiar entendí que me lo estaba tomando enserio y me merecía un lugar. A veces uno subestima al estudio y sobre todo en estas carreras que son humanísticas y da la sensación de que cualquiera podría ser periodista o actor. En algún punto es verdad pero estudiar te forma de otra manera.

A medida que fueron pasando los años tu nombre fue pesando más fuerte y tu palabra también… ¿En algún momento te pesó eso?

Sí, sobre todo cuando estaba en TVR. Ahí hubo momentos en los que el programa me obligaba a siempre decir algo inteligente y a veces no se me ocurría. TVR lo veía gente con mucho compromiso y esperaban que la persona que estuviera allí estuviera a la altura. Me gustaba ocupar ese rol y no quería defraudarlos. Igual ese peso no fue una carga pero sí un compromiso.

¿Te estimulaba?

Sí, absolutamente. Era muy estimulante y más aún cuando el programa iba en vivo. Había una adrenalina enorme. En la etapa de canal 13 hicimos mucho vivo, cuando estaba Sebastián Wainraich, él sufría mucho los últimos bloques porque hacía sus shows en el Paseo la Plaza y cuando llegaba al teatro después de grabar la gente ya estaba sentada esperando para verlo. Así que siempre estaba la chance de que no pudiera hacer su función.

“Admiro a quienes emprenden y se la juegan por si mismos”

Me imagino que eso igual aportaba cierta adrenalina… hace poco justo estuviste en la serie de Wainraich y una de las escenas hablaba de los miedos… ¿Qué es lo que más miedo te da en la vida?

Que le falte salud a los que quiero, el hecho de tener que ver sufrir a alguien que quiero me da mucho miedo. Pero por suerte me pasó poco, tuve mucha suerte. Toco madera. A eso y a quedarme sin laburo. Son los dos miedos más grandes que tengo.

¿Te pasó de quedarte sin trabajo?

Sí, claro que me pasó pero no por mucho tiempo. Yo trabajo desde los 17 años, tengo 53 y en 36 años estuve sin trabajo como mucho 4 meses, cinco. Además, el único momento de mi vida en el que tuve un solo trabajo fue desde el 2015 al 2019. Siempre tuve entre dos y tres trabajos y la verdad tener uno solo me angustió mucho en los últimos años. Igual por suerte pude trabajar. Le tengo mucho miedo a eso. Nunca tuve la oportunidad de juntar unos mangos y retirarme. Más de una vez estuve rodeado de gente que se puede retirar tranquila y los miro con admiración porque no solo que siguen trabajando sin necesitarlo, sino que también pueden elegir en dónde lo van a hacer. Me gustaría dejar de agarrar algún que otro trabajo. A veces, los tomo porque necesito la plata.

¿Qué herramientas te dieron esos momentos sin laburo?

No sé si me dio herramientas ese proceso, lo sufrí mucho. No sé no hacer nada. De hecho, ahora estoy más tiempo en casa y extraño salir. Siento que me falta algo. No es una queja porque hay gente que tiene problemas de verdad, solo transmito un sentimiento. No tengo una herramienta que haya adquirido, al contrario, aprendí que no me gusta y que no quiero volver a transitarlo ni un día. Me angustio y me paralizo. Admiro a quienes emprenden cosas y apuestan por sí mismos. Yo no me siento capacitado para emprender, no todos somos así.

¿No te surgen ideas?

Ideas me surgen, pero no sé cómo llevarlas adelante. Me trabo y me auto boicoteo.

¿En tu familia hay algún emprendedor?

No, puede que tenga que ver con eso (risas). Mi viejo, mi hermano y mi mujer siempre laburaron para otros. Mi mamá es docente. La más emprendedora es mi hija que con 22 años tiene su página de Internet, se dedica a escribir sobre maquillaje, tendencias y lo hace todo a pulmón. Es la más emprendedora de la familia.

A lo largo de tu carrera, ¿cuál fue la entrevista que más te desafió?

Fue en el año 2004, hacíamos con Andy el programa, “Argentinos, somos como somos”, y viajamos a Los Ángeles por el estreno de Kill Bill 2. Entrevisté a Tarantino y fue difícil por la admiración que le tenía y el idioma, pero la más difícil fue a David Carradine porque sentía mucho miedo y que su mirada me atravesaba. Sentía como un frio interno, nunca había experimentado con nadie más algo así. Igual la más difícil fue con Uma Thurman que hizo toda la nota tejiendo y no me me miró nunca, sentí todo el tiempo que le chupaba un huevo lo que yo le decía. De todas formas, estar con esas personas fue inolvidable…. Tarantino es de los mejores directores y tener un mano a mano con el fue como tocar el cielo con las manos. Tarantino me la hizo fácil pero Uma no.

Recién hablabas de Andy… ¿Qué es lo que más te gusta de trabajar con él?

Me gusta que en una baldosa define el partido, cuando empieza la jugada ya sabe dónde la va a meter y eso es admirable. Sabe a dónde va a ir la pelota cuando la tiene y sabe definir rápido. Lo vi hacer eso desde siempre y la verdad que tiene una cosa de espontaneidad que no la tiene cualquiera.

¿Cuál fue el momento más lindo de tu vida?

Muchos dicen que el nacimiento de sus hijos pero yo arriba de eso tengo el día que conocí a Gene Simmons. Estar con él mano a mano fue lo mejor. Y después el nacimiento de mis hijos. Acá atrás hay un disco que me regaló él en persona, un disco de oro. Eso fue un regalo del día en el que me conoció.

Viste que los hijos aprendemos lo que queremos de nuestros padres. Si pudieras decirle a ellos qué es lo que estaría bueno que aprendan de vos… ¿Qué les dirías?

Si tengo que decirles algo es que no la careteen, porque es horrible caretearla, sufrís mucho.  Hay que tratar de no ser falso. Cuanto uno menos la caretea mejor le puede ir en la vida, quizá no tengas tantos amigos pero los que te quedan son de verdad.

¿Te encontraste muchas veces teniendo que caretearla?

Sí, muchas veces. ¿Sabés dónde se caretea mucho? En las entregas de premios. He tenido la suerte de estar nominado con los programas en los que participé y ahí me di cuenta de lo que era la hipocresía. Estás un rato, mirás y decís esto es hipocresía, caretaje. Nadie quiere a nadie y sin embargo parece que son todos amigos.

Sin embargo, hay muchos que anhelan estar ahí….

Sí, la primera vez que fui a un Martín Fierro fue cuando hacía TVR con José María Listorti, no estábamos nominados pero el consiguió dos invitaciones. Fui y sinceramente me produjo sensaciones encontradas. Igual te voy a ser sincero… me gusta mucho que me nominen y si la sabés encontrar te divertís. Cuando fui con los chicos de la radio nos cagamos de risa entre nosotros y con alguna que otra persona que querés también. Pero hay mucha gente que públicamente me cae mal.

Listorti te dijo de ir igual, aunque no estaban nominados… Y en el plano personal, ¿te colaste alguna vez en una fiesta?

Sí, con mis amigos teníamos una época en la que nos metíamos en fiestas de 15. Una vez llegó a venir el papá de la chica y nos dijo: “Yo soy el papá y no los conozco, se pueden retirar”. Así que nos tuvimos que ir. Entrabamos a las 3 o 4 de la mañana para comer y nos quedábamos ahí hasta que nos echaban. Lo hacíamos muy seguido, era como una especie de hobby. Si la sabés hacer, tranquilamente te podés colar. Otra opción que está buena, cuando andás por la calle, es meterte al baño de un hotel cinco estrellas, siempre están limpitos y lindos. Nadie te para nunca, está chequeado. También está bueno hacerlo en los viajes, mi mujer odia esa parte mía, he ido a conocer baños de hoteles y es hermoso. (risas)

Si te dijera que tenés la posibilidad de tener tu emprendimiento y que sea exitoso… ¿Qué tipo de emprendimiento te gustaría tener?

Algo que implique viajar, no necesariamente al exterior. Desde que estoy en Radio Provincia pienso que los viernes estaría bueno transmitir desde alguna provincia y cubrir eventos que transcurran allá. No sé si es un emprendimiento, pero deseo hacer un programa federal. Me encanta conocer a los lugares y su gastronomía. Viajes y comidas, tiene que tener esas dos cosas, esos dos hilos conductores. Espero que se me dé, ese es mi mayor deseo emprendedor. Me encanta disfrutar de la comida y me encantaría no tener que estar siempre a dieta o sufriendo cuando no la hago. Sé que quienes me quieren desean verme bien y trato de no hacer cagadas. Siempre fui gordo y toda la vida estuve en esta dieta eterna que hago o que no hago en verdad.

¿Sos muy culposo?

Sí, con la comida soy culposo. ¿Para que comí si no hacia falta? La última porción la podría haber guardado para mañana. Muchas veces no como todo, pero lo pienso. Por ejemplo, si mi mujer hace las empanadas pierdo la cuenta, pero si las compramos no. A mi me pasa eso hasta con las milanesas.

¿Te gusta más ir a la casa de los otros o que vayan a tu casa?

No me gusta ir a casas y tampoco que vengan a la mía. Me gusta más ir a restaurantes. Llega un momento que terminás de comer y no sabés que hacer. No disfruto tanto de ir a casas pero a mi mujer le encanta. Si lo puedo evitar, lo evito. De hecho, todos los 31 de diciembre los hacíamos acá en casa y le dije a mi mujer que necesitaba empezar a viajar, así que lo empezamos a hacer y no lo pasamos acá.

¿Hace cuánto estás con Carina?

Desde el 87 que somos novios, 33 años.

¿Qué te enamoró de ella?

Un montón de cosas, no es una sola. Me enamora ver que me aguante a mí porque no es fácil. Además, es buena mamá, buena hija y quiere mucho a todos. Tiene mucha fuerza para salir adelante sin desesperarse, no me da vergüenza decir que acá en casa es la que manda y se pone al hombro un montón de cosas. Hasta arregla plomería ella.

¿Qué hábitos tenés en tu hogar?

Después de cenar veo la tele con mi mujer, es un hábito de todos los días, y a la tarde entre el programa de Metro y el de Provincia leo. Leo un poco en la Tablet comics y entre 20 y 30 páginas de un libro. Me lo auto impongo. Leo mucho noticias de afuera también. A la mañana antes del programa de Metro leo diarios locales y a la tarde diarios y revistas de afuera más las páginas del libro.

¿Cómo te manejás con el celular?

Me regulo. Tengo una función que hace que no me suene si yo no quiero. Antes estaba muy pendiente y me di cuenta que no hace falta, nadie está esperando que le contestes ya y si alguien lo espera puede esperar 20 minutos. En esta etapa parece que como uno está en casa está todo el tiempo disponible y no es así. Me puse el límite y priorizo tener un momento con mi familia.

¿Extrañas la TV?

Sí, la verdad que sí porque la disfruté. Hice muchos años, 12 años y nunca pensé que eso iba a pasar. Fue un regalo de mi profesión hacia mi. Miro los programas de TV y pienso que me gustaría estar ahí. Hoy me costaría encontrar un programa en el cual estar cómodo, hoy está todo muy panelizado. No me veo ahí. Los consumo pero no me veo ahí. Es un don el que hay que tener para ser panelista. Extraño y me veo en un programa deportivo, en FOX Radio si me veo por ejemplo, pero es un equipo armado.

¿Se aprende a ser periodista o se nace siendo periodista?

Es una gran pregunta. Seguro que se aprende, pero creo que también hay algunos que tienen esa especie de llama interna encendida. En quinto grado yo ya escribía a mano un diario del grado contando noticias graciosas de cosas que pasaban en el colegio. No sé dónde estará, si mi vieja lo tiene o los tiramos. Más tarde, trabajaba como encargado en el laboratorio de computación de mi escuela y escribía un diario de los que laburabamos ahí. No pensaba todavía en estudiar periodismo pero después me di cuenta de que siempre estuvo ahí, adentro mio, y yo no lo sabía. Cuando me decidí a estudiar periodismo en TEA, que tuve la suerte de ser parte de la primera camada, me di cuenta.

¿Escribías chismes de lo que pasaba en el colegio?

Algo así. Chismes, una revista de chismes interna. Siempre con humor, me hace muy feliz hacer reir a la gente. Al ser el gordito solo me quedaba hacer reír para que alguien quisiera ser mi amigo. Es terrible, pero ocurre y antes ocurría mucho más. Una vez leí a Hernán Casciari diciendo esto y sentía que estaba hablando de mí. De hecho, yo creo que adquirí esta capacidad histriónica para que la gente me quiera. Yo creo que ese era el objetivo y en un punto lo sigue siendo.

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