Lleva el diario La Nación en su ADN. Es parte del eslabón de la dinastía Mitre. Sin embargo, supo caminar por un  sendero propio. Pasó de ser promotora de stand a jefa de Relaciones Públicas e Institucionales del periódico y todas sus revistas.

TXT. Mauro Albornoz / PH. Mariano Michkin


Cuando estudiaba en la secundaria, los profesores le hicieron pesar su apellido y le exigieron un mayor rendimiento. Se trata de la hija del actual director del diario La Nación, tataranieto del presidente Bartolomé Mitre. Pertenecer a una familia con poder puede convertirse en un arma de doble filo. Por un lado, se goza de los privilegios del progenitor, pero muchas veces conlleva diversos prejuicios. Sin embargo, Dolores Mitre decidió hacerse su propio lugar.

Guiada por su padre, quien la obligó a empezar desde abajo, a los 17 años comenzó a trabajar para el diario en el sector de promociones en eventos. Casi por dos años se encargó de manejar reclamos, atender a los periodistas y promocionar el medio en diferentes rubros desde inmobiliarios hasta moda. Fue allí, en el contacto directo con la venta, donde tuvo su mayor aprendizaje y lo que generó en ella una pasión por la publicidad.

En los años 90, La Nación se sumó a las necesidades del mercado de asignar un área de la empresa a la forma de comunicación comercial y creó un sector de Publicidad. Dolores, que tenía inicios de estudios en dicha materia, se puso al frente del departamento. Se encargó de desarrollar estrategias comunicacionales y de posicionar al diario. En ese ambiente, sintió el ritmo de una redacción, a pesar de estar en publicidad, se encontraba al tanto de los acontecimientos que ocurrían. “Por ejemplo, me acuerdo que cuando fue lo de las Torres Gemelas, tuvimos que crear un suplemento especial, ver los avisos y vender la noticia de esa sección. Mi función era dar a conocer los nuevos proyectos. Ahí sí viví las noticias de último momento”.

Para Dolores la determinación y la perseverancia son algunas de las capacidades que deben guiar a todo aquel entusiasta dispuesto a querer consagrase en su trabajo. En el 2009 dio su próximo gran paso y tomó las riendas como jefa de Relaciones Públicas e Institucionales del diario. Puesto que conserva hasta el momento. Es, en este lugar, donde puede aplicar y canalizar todas sus experiencias. Sus funciones son múltiples: desde organizar un evento, manejar las relaciones con periodistas para vender un producto, generar difusión a los medios, hasta establecer políticas comunicacionales acordes con las actividades.

El trabajo de Dolores no se limita al diario sino que a medida que el medio fue creciendo, se sumaron revistas. Actualmente, manejan: Hola Argentina, Susana, Brando, Ohlalá, Rolling Stone, Jardín, Lugares, Gaturro, Princesas, Disney Junior  y Living. Con algunas se asociaron como con Rolling Stone y con otras las empezaron desde cero como la Ohlalá. Son magazines de rubros muy disimiles pero para eso Dolores despliega un talento camaleónico: “Puedo pasar de un evento de vacas a uno de moda. Trabajar en un diario hace que vivas algo distinto todos los días y no te canses. Lo siento como algo natural y es importante poder adaptarse a los cambios”. Se encarga de manejar estudios de mercado, ver qué es lo que los lectores quieren y coordinar las relaciones institucionales.

A lo largo del tiempo fueron agregando de a poco varias revistas, hasta crearon especiales. Un caso es cuando se reunieron con Cris Morena para armar una de la tira Aliados. Su objetivo es constantemente innovar. Pero, no todo lo que brilla es oro, muchas veces hay proyectos que no prosperan, para Dolores siempre la experiencia sirve de base para mejorar en un futuro.

Según la RAE, marketing es el “conjunto de principios y prácticas que buscan el aumento del comercio, especialmente de la demanda”. Para ello, los Mitre entendieron que los tiempos cambian, fue necesario aggionarse y crearon una tarjeta de descuentos para los suscriptores: Club La Nación. “En un principio se llamó Club de lectores, pero como los beneficios después empezaron a abarcar muchos rubros se cambió el nombre. Surgió por la necesidad de captar lectores y verdaderamente funcionó. Aumentó la tirada y los domingos tuvimos un crecimiento muy fuerte en comparación con otros diarios”.

Dolores lleva, por sus antepasados, el diario en su sangre. Hace 24 años que trabaja allí y pasó por diversas etapas: entró soltera, se casó, tuvo dos hijos y se divorció. Más de veinte décadas de dedicación y, como bien reflexiona, arriesgarse es una de las cualidades que no pueden escasear si se quiere llegar a la meta: “Hay que vivir haciendo lo que uno quiere. La vida pasa volando y sin dudas tengo puesta  la camiseta del diario La Nación”.

PALABRAS MAYORES “Creo que uno tiene que estudiar lo que quiere y no por obligación. Aunque la vida muchas veces te lleva a seguir rumbos diferentes para subsistir. Pero si estudiás algo y en tres meses tenés ganas de cambiar, no lo dudes, arriésgate y hacelo”