El irlandes Ciaran Gaffney es el embajador en Argentina de la whiskería Jameson. Su trabajo consiste en fomentar y acompañar a la comunidad de bartenders de todo el país y traspasar la frontera hacia tierras uruguayas. ¿Cómo es tener el mejor trabajo del mundo?, Gaff, como le dicen sus amigos, con tan solo 22 años lo cuenta en esta nota que además incluye un tip anti resaca.
Texto. Stephanie Peuscovich @stephiepeusco / Foto. Mariano Michkin – @marianomichkin
Con un español que no oculta su nacionalidad, Gaff nos recibe en la casa Drinks & Co que supo ser el hogar que compartía junto a 2 embajadores de otras bebidas alcohólicas. Ahora, en busca de separar el trabajo de su vida y un poco de tranquilidad vive solo en Recoleta. Llegó a nuestro país hace algunos meses mediante un programa de trabajo de tres años que Jameson tiene con las universidades de Irlanda. Solo hay 40 vacantes entre más de 600 solicitudes y Gaff consiguió una. Estudió Estudios Europeos, una mezcla entre Sociología, Ciencia Política e idiomas del viejo continente: por eso habla español y francés. A su corta edad su iniciativa también lo llevó a vivir en España, por un intercambio universitario y en India, para especializarse en Marketing. “Jameson no solamente busca profesionales de Administración de Empresas sino también gente que estudia Arte u otras áreas. Somos una banda de empleados bastante multifacética”, comenta.
Antes de graduarse trabajó en una destilería de whisky de su país y se especializó en la bebida que llena de sentido su vida laboral. “Yo ya sabía que quería ser parte de Jameson porque es un trabajo que mucha gente quiere hacer en mi país y además el whisky irlandés es una parte muy integrada de nuestra cultura”, reflexiona. Se encargaba de las visitas guiadas y ahi conoció a unos militares navales argentinos que lo invitaron a una fiesta en la Fragata Libertad. Allí probó por primera vez el fernet y las empanadas: “fue una linda aproximación a la Argentina”, recuerda.
Si Gaff podría llevarse una experiencia local a su país sería la pasión argentina: la expresión de los sentimientos, el decir lo que se piensa y el vínculo que existe en materia de salud mental. “Hay una cultura muy grande de hacer terapia y también de hablar de la visita con el psicólogo. Y eso en Irlanda no pasa”, dice y agrega que otra diferencia es la noche. En su país los boliches cierran a las 3 de la mañana y no hay posibilidad de encontrar nada abierto: “nosotros aprovechamos más del domingo, porque acá salgo y no vuelvo hasta las 6 am y estoy muerto todo el día”, comenta quien, a diferencia de los que se cree, lleva casi un mes sin tomar una gota de alcohol.
“Es un flash tener una experiencia así que te permite conocer una ciudad y todo lo que tiene que ver con la onda nocturna que excede la coctelería. Porque también laburamos con librerías, barberías o lugares de tatuajes y conoces gente creativa de distintos lados. En ese sentido es un trabajo ideal, obviamente que a veces te cansa porque salís mucho de noche”, comenta Gaff. Y agrega que en el tiempo que lleva en el país descubrió que hay una comunidad muy grande de bartenders no solo en Buenos Aires sino en todo el país que no para de crecer e incluye a las mujeres. Esa comunidad aunque compite en el negocio es muy solidaria y excede los tragos espirituosos para incluir también a baristas y chefs: toda una unión gastronómica.