PAMPITA ES UNA DE LAS MUJERES MÁS LINDAS DEL PAÍS Y SUPO CREAR UNA MARCA CON SU SOBRENOMBRE. ACTUALMENTE LA VEMOS SENTADA EN LA MESA DE LOS JURADOS DEL BAILANDO POR UN SUEÑO, DONDE DESPIERTA SUSPIROS Y DECLARACIONES DE AMOR. DESDE SU RECIENTE SEPARACIÓN DEL ACTOR BENJAMÍN VICUÑA, CADA PASO QUE DA, CADA COSA QUE DICE O HACE, LA PONE EN EL FOCO DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.
Texto. Florencia Garibaldi / Foto. Mariano Michkin
Su nombre es Ana Carolina Ardohain Dos Santo, pero todos la conocen como Pampita. Es una mujer que se hizo conocida a través de su impresionante belleza, pero que también supo cosechar polémicas desde el momento en que comenzó a saborear la fama. Y no es para menos, es imposible no quedarse contemplando el cuerpo escultural que tiene y escucharla hablar con su dulce vocecita. Muy cargada de energía, luego de dejar a sus hijos en el colegio, Pampita vino predispuesta para armar una producción de fotos a puro baile. Al ritmo de la canción El Taxi de Osmani García, desplegó una coreografía profesional, que siempre baila con su profesor Charly, para recrear un clima de fiesta y después no podíamos hacer que pare.
De chica eras bailarina, ¿cómo llegaste a modelar?
Estudiaba ballet y mi aspiración era ser profesora de baile en La Pampa. A los 16 años gané en el colegio un concurso de Reina. Después gané como Reina de la Provincia, luego como Reina Nacional en Jujuy y ahí me resultó muy divertido. Aunque el reinado no tiene nada que ver con el modelaje. Unos meses después llegó la revista Gente a mi provincia. Hicieron un concurso que se llamaba “La chica más linda de revista Gente”, me presenté, gané y fui a la final en Buenos Aires. Eso me sirvió para conseguir contactos en agencias de publicidad.
¿Por qué decidiste irte de La Pampa?
Cuando terminé el secundario, quise mudarme a Buenos Aires para probar, me la pasé yendo a castings y no quedé en ninguno. Llegó el momento de decidir si me volvía o me quedaba y seguía probando suerte. Finalmente me quedé y conseguí trabajo de vendedora en el shopping Galerías Pacífico. Al tiempo, pasé un casting de la marca John L. Cook, para la cual en ese momento habían pasado todas las super modelos como Carola del Bianco y Dolores Barreiro. De un día para el otro estaba mi cara por toda la ciudad. Eso hizo que me llamase Pancho Dotto y como no tenía agente me ofreció representarme. Cuando fui a la entrevista lo primero que le dije era que en realidad quería ser actriz.
“Tengo tres hijos, la persona que quiera estar conmigo tiene que querernos a todos. Debe ser un hombre que no sea celoso, que se banque que me inventen romances todo el tiempo. Cuando aparezca, será alguien muy valiente”
Tu primer gran trabajo fue en El Rayo. ¿Cuál fue la preparación para ser notera?
Pancho me metió en clases de teatro y en ese momento me salió la propuesta para ser notera en El Rayo. Era la primera vez que convocaban a una mujer. Fui a Cuatro Cabezas y estuve varios meses aprendiendo. Lo considero como mi primera escuela. Manejaban el sarcasmo y la velocidad. Implicaba estar muy atenta porque los personajes siempre eran difíciles y sólo tenías tres o cuatro preguntas que debían ser inteligentes. Me fue re bien el primer año. Y en paralelo entré en Gente. Ellos fueron los que me pusieron Pampita. Cuando hicieron el concurso no se podían acordar el nombre de todas las chicas, las llamaban por provincias. Como era chiquitita, me pusieron Pampita. Al reencontrarme lo primero que dijeron fue: “Cómo creció Pampita”. Me bautizaron y empezaron a poner ese apodo en todas las notas que sacaban.
¿Por qué te sentís más cómoda en la conducción?
Es lo que siempre quise hacer. Estar en la televisión. El modelaje surgió de casualidad e igualmente lo disfruté. Trabajé muchísimo en varios países haciendo publicidades y fotos. Cosas que no se vieron nunca en Argentina. Durante varios años trabajé para Japón, Sudáfrica, Alemania. Mi mundo era eso y ahora lo dejé porque con una vida familiar eso es imposible
“Cuando tuve hijos lo único que quise es que el bienestar gire en torno a ellos. No es que me postergo, me proyecto en el bienestar de mis hijos”
En Bailando por un Sueño fuiste participante y ganaste. Ahora que sos jurado, ¿qué diferencia hay entre juzgar y ser juzgado?
No hay nada más lindo que ser participante, estar constantemente a flor de piel, la pasión. Acostarte y dormirte pensando en tu baile, en tu sueño. Cuando participé fue un año increíble, me latía mucho el corazón. Con mi equipo estábamos todo el día planeando trucos y looks. Nos metíamos en todos los detalles. Ahora me cuesta encontrarme con participantes que lo viven distinto a mi, se lo toman como un trabajo, como cumplir un horario e irse. Te das cuenta que no les corre por las venas la competencia, el disfrute y eso se ve en la pista. Por eso cuando hay participantes buenos, me gusta exigirles más porque sé que pueden darlo. Es un desgaste físico y emocional grande y estás expuesto a la crítica, a lo que dice la gente en la calle, a tu sueño que es una presión.
Pero también cada uno debe armar su propio juego en la previa. Algunos lo hacen con su vida personal, otros con algún talento que tengan…
Sí. Es una mezcla entre la estima de la gente, porque a la hora de votar son quienes van a ayudarte, y bailar bien como para estar sentenciados la menor cantidad de veces. Tenés que sí o sí decir cosas para que te conozcan y atraer.
“NUNCA SÉ QUE ME TIENE PLANEADO EL DESTINO. NO SÉ SI VOY A TRABAJAR EL AÑO QUE VIENE, CAPAZ ELIJA ALGO MÁS CHIQUITO CON MENOS EXPOSICIÓN”
Cuando te casaste decidiste dejar tu carrera de lado y decías que preferías que brille la de Benjamín. Ahora que te separaste, ¿tenés planeado dedicarte cien por ciento al trabajo?
La verdad es que no lo sé. Nunca sé que me tiene planeado el destino. No sé si voy a trabajar el año que viene o no. Capaz puedo llegar a elegir algo más chiquitito, con menos exposición o seguir con lo que estoy haciendo que ya me acostumbré. Pero sí, este año fue mi regreso. A veces aunque sean cosas más chicas y lo vea menos gente, si a mí me provocan pasión, felicidad y me siento realizada, también me gusta. Por ejemplo, el año pasado durante mi embarazo hice un programa para Fashion TV que se vio online, el público era muy acotado, pero hice dos entrevistas para las cuales me preparé un montón. Me encantó. Elijo cosas que me hacen bien a mí, antes que sean populares.
Bueno, pero ahora podés pensar en vos y no relegar eso que justamente te hace bien…
Sí, soy totalmente independiente. Manejo sólo mis tiempos y me organizo como quiero. Inclusive para tomar un compromiso de un año o dos, lo puedo hacer. Antes no. Pero ahora soy sólo yo la responsable de mi tiempo. Es una etapa, aunque lo que hice durante mi matrimonio no fue un sacrificio. Fue dedicarme a la vida familiar y me encantó. Tuve cuatro hijos en diez años y había que cuidarlos.
“Ahora soy yo la responsable de mi tiempo. Aunque lo que hice durante mi matrimonio no fue un sacrificio, fue dedicarme a la vida familiar y me encantó”
¿Cómo hacés para poder estar con tus hijos y a la vez trabajar?
Con Showmatch puedo hacer ambas. Notas hago muy pocas, casi ninguna. Así que tengo todo el día para estar con ellos, ir a buscarlos al jardín, almorzar juntos. Estoy viajando sólo una vez por mes, que es en mis días libres. Tengo tres días por mes que me dieron en el programa y aprovecho para viajar porque estar todas las noches en cámara es fuerte. Está bueno poder no maquillarme, ni peinarme y que no me vea nadie (risas). Relajarme. Y si no viajo me lo tomo para mí el tiempo libre.
¿Qué sentís ahora que estás de vuelta asentada en Argentina?
Es raro. Nunca sentí que me iba a quedar para siempre acá. Me gusta viajar. Me encanta que mis hijos viajen porque les abre la cabeza. No descarto vivir en otro lado. Por la experiencia. Quiero que mis hijos hablen inglés perfecto, que conozcan otras personas y otras culturas. Seguramente en algún momento volveré a vivir afuera.
“Me cuesta encontrarme en el Bailando con participantes que se lo toman como un trabajo, como cumplir un horario e irse. No les corre por las venas la competencia”
Muchas veces dijiste que la maternidad implicó que te despegues de tu ego. ¿A qué te referías?
Antes las decisiones giraban en torno a mí. Cuando tuve hijos lo único que quise es que el bienestar gire en torno a ellos. Que tengan su felicidad. No es que me postergo, me proyecto en el bienestar de mis hijos. Es un ejercicio de ego. Ya no soy independiente y no puedo pensar sólo en mí. Para la mujer también es un cambio físico, más después de cuatro hijos (se ríe). Tenés que enfrentarlo con humildad y decir: “Bueno, acá pasaron cuatro embarazos”. Encima yo los amamanto hasta el año y medio. Es un tiempo que se los dedico a ellos, mi ego queda de lado.
¿Estás soltera?
Sí. Es lo que se dio. No sabía cuánto tiempo iba a estar casada. Pero no tengo presión. Hay más expectativas de los demás, que mías. Me voy a tomar todo mi tiempo. Me lo preguntan constantemente y no sé por qué hay tanto interés en eso. Para mí no es un tema principal. Estoy tranquila y no tengo apuro. No es que me falten candidatos ni nada de eso. Tengo tres hijos, la persona que quiera estar conmigo tiene que querernos a todos. A muchos les gusto yo, pero acá somos cuatro (risas). Lamentablemente les tiene que gustar todo el combo y además mi trabajo, que estoy re expuesta. En el programa soy generosa y me prendo en todo lo que surge.
Como lo de El Polaco, que te declaró su amor y te escribió un tema…
Sí, o lo de Fede Bal o Fernando Carillo. Estoy ahí pasándola bien. Siempre con respeto, pero es mi lugar de trabajo. Por eso tengo que estar con un hombre que no sea celoso, que se banque que me inventen romances todo el tiempo. Cuando aparezca, será alguien muy valiente.