Hablamos con Lautaro Loguzzo, dueño y fundador de este emprendimiento, quien nos contó qué lo inspiró, cuál fue su mayor desafío y cómo logró materializar su sueño.
Por: Maitena Luquet | Imágenes: Revista WATT y Canillita
Reversionar clásicos. De eso se trata Canillita: un nuevo concepto que viene a revolucionar la gastronomía. Mucho más que una simple cafetería, se puede definir como un movimiento urbano que busca rehabilitar su entorno, combinando arte, diseño y música. Está ubicado en la esquina de Facultad de Medicina, en frente de Plaza Houssay.
Lautaro Loguzzo es uno de sus dueños y fundadores, que con tan solo 26 años creo y llevó a cabo esta marca registrada. Licenciado en Arquitectura y en Marketing, explico que Canillita “es más un proyecto arquitectónico que gastronómico”, por la forma en la que interactúa con su entorno.
“Es más un proyecto arquitectónico que gastronómico”
Todo comienza con una idea. La inspiración de Lautaro llegó en un viaje a España en septiembre del año pasado. Allá vio un local similar al que creó hoy. “No entendía cómo no lo estaban haciendo acá todavía”, explicó.
Sin dudas, lo más destacable de este “grupo de pibes de 26 años del Interior” es haber materializado su sueño. Pero no todo es color de rosas. Para lograrlo, tuvieron que formarse y envolverse en temas quizá no tan cómodos, como lo son los trámites y habilitaciones. “El mayor desafío fue arrancarlo porque nunca se había hecho algo así en el país”, contó Lautaro.
El diferencial de Canillita es definido por su dueño como una sumatoria de detalles: “Además de la puesta en valor de la zona, creo que también es la buena onda y el ambiente que se generó. Llegás, tenés una obra de arte diferente todos los meses, tenés música y te atienden pares que te hablan como vos querés que te hablen”.
“Llegás, tenés una obra de arte diferente todos los meses, tenés música y te atienden pares”
Nada librado al azar, este proyecto tiene su propio personaje “Cani”, que acompaña y lidera las redes sociales del emprendimiento.
“Mi mayor error fue no haberlo hecho antes”, dice Lautaro. A veces, la inseguridad y el miedo pueden jugarnos en contra: “Todos piensan que Argentina por ahí es un país que no tiene tantas oportunidades y la verdad que sí. Si uno le mete garra y pasión, se puede”.