El diseñador de alta costura y empresario, quien representó a la moda latina presentando su última colección “Cambalache” en la Fashion Week de Nueva York, nos contó cómo transformó su marca de ropa para adaptarse tanto a un contexto de pandemia como de cuarentena obligatoria.

Desde la creación de barbijos hasta la incorporación de un nuevo local en una de las esquinas más vistas de Palermo, Benito Fernández nos contó que hubo detrás de cada decisión que tomó para seguir siendo uno de los grandes referentes en el mundo de la moda.

Texto: @carotopolaperiodista / Fotos: @benitofernandez


A raíz de la Semana de la Moda en Nueva York, que se llevó a cabo del 11 al 16 de septiembre, decidimos hablar con Benito Fernández, quien fue elegido como parte de los diseñadores de alta costura que representó a América Latina a través de exhibir sus mejores creaciones para la temporada primavera-verano 2021.

¿Qué significa para vos ser parte de Fashion Designers Of Latin America?

La verdad que es un placer y me llega en un momento súper interesante. Esta es la segunda vez que me convocan para el Fashion Week de Nueva York , pero ahora estamos en plena pandemia, así que es un honor ser parte de la primera edición digital. 

¿Pensás que la moda va a cambiar después de esta cuarentena obligatoria?

Y sí porque ya no somos los mismos. La moda es lo que primero interpreta al hombre. De hecho, yo ya hice barbijos, la colección pasó a basarse más en el algodón y ahora los accesorios son más protagonistas a la hora de formar un look. La moda interpreta rápidamente lo que nos pasa. Desde las estrategias de venta, los contenidos, absolutamente todo. Va a cambiar todo en la moda. 

¿Te motivó a crear distinto esta pandemia?

Sí, desde pijamas, hasta incorporar el sin género, el algodón… Esta cuarentena y la pandemia influyeron un montón en la marca y en los contenidos. Pasó a ser una marca más comprometida con lo solidario.

¿A quiénes admiras?

Admiro a los que se apropiaron de algo que es común a todos. Valentino, con el vestido rojo, Armani con la caída de los géneros, Agatha Ruiz de la Prada con los corazones, las estrellas y los colores brillantes. Me gustan los diseñadores que se han apropiado de algo y han hecho un ADN de eso. 

¿Qué te llevó a abrir el local de Palermo?

Tuve que reinventarme, cambiar todas las estrategias de marketing y de puntos de venta. Todo a raíz de la pandemia. Pensar nuevas formas de llegar al público.