Una buena alimentación es importante para nuestra salud, nuestro estado de ánimo, nuestro aspecto físico, y, además, puede darte esa ayudita que andás necesitando en tu vida sexual. No es necesario que recurras al infame viagra o a desodorantes que prometen atraer a todo el que te cruce. Con cambiar ligeramente la dieta es suficiente.
Texto. Belén Macua / Ilustración. Brunancio
En el amplio catálogo de las dietas encontramos las destinadas a hacernos adelgazar, engordar, mejorar nuestro estado de ánimo, y no podía faltar la que promete que tendrás una noche para recordar. Sí, leíste bien. Aparentemente para cumplir tu objetivo de convertirte en una bomba sexual no es necesario recurrir a medicamentos costosos o pociones mágicas de amor, con cambiar un poco tu alimentación alcanza. Así que tomá nota.
La palabra “afrodisíaco” deriva del nombre de la diosa griega del amor, la lujuria, el sexo, la reproducción y la belleza, Afrodita. En la Antigüedad, uno de los objetivos principales del hombre era poder reproducirse para perpetuar la especie, su supervivencia dependía exclusivamente de la fertilidad de sus mujeres. Era necesario potenciar su capacidad reproductiva por lo que recurrieron a sustancias naturales que parecían tener propiedades beneficiosas para el sexo.
La medicina occidental no pudo corroborar todavía si efectivamente hay comidas o sustancias capaces de mejorar nuestro rendimiento en la intimidad o si simplemente actúan como placebo. Aun así, con probar no perdemos nada, es una buena excusa para cocinar un plato apetitoso y disfrutar de una noche candente.
Buen provecho
En los albores de la humanidad, las personas no tenían una dieta tan amplia y rica en nutrientes como la moderna. Una mala alimentación o desnutrición atentaban contra una vida sexual saludable y bajaba las tasas de natalidad. El dicho popular olvidó decir que además del corazón contento, una panza llena también motiva partes más íntimas de nuestro cuerpo.
Los primeros en nombrar estas sustancias en sus escritos fueron los antiguos egipcios en papiros que datan de 2200 A.C. Sin ir más lejos, el Antiguo Testamento, en Génesis 30: 14 y 15, habla de los poderes especiales de la mandrágora que ayuda a Jacob a concebir su quinto hijo con Lía (porque no siempre tienen una paloma a mano que haga el trabajo sucio).
Antiguamente se consideraban afrodisíacas las plantas y alimentos que tenían formas similares a nuestros órganos sexuales. Las ostras y los higos son los más conocidos, también se utilizaban espárragos y puerros. Para los que tenían un estómago a prueba de balas había vulvas de cerda estéril. Porque el que quiere celeste, que le cueste.
Para comerte mejor
Francisca Molero, sexóloga, directora del Institut Clinic de Sexología de Barcelona, explica: “Hay muchos alimentos que tradicionalmente se han considerado como afrodisíacos, sin ninguna base científica, pero ahora se está descubriendo que tienen cierta relación con la sexualidad o el desempeño sexual”.
No es necesario que ingiramos cosas extrañas de dudosa procedencia para estimularnos. Alimentos como el plátano, el chocolate o el aguacate contienen triptófano, un aminoácido que nos induce a liberar serotonina, un neurotransmisor que produce bienestar, placer y ayuda a evitar la eyaculación precoz.
Las semillas contienen zinc que aumentan los niveles de testosterona y la producción de esperma. Los arándanos aumentan la producción de dopamina que nos vuelve más lujuriosos y el agua de coco ayuda a las personas con problemas de erección. Teniendo en cuenta toda esta información, podemos concluir que los vegetarianos y veganos tienen una vida sexual bastante envidiable.
Creer o reventar
El sexo es una necesidad primaria para el hombre, por lo que intenta satisfacer sus instintos carnales desde el comienzo de los tiempos. Un estudio publicado por “US National Library of Medicine” dice: “El hallazgo de un afrodisíaco eficaz ha sido una búsqueda constante durante siglos, ya que es bien sabido que un comportamiento sexual óptimo es capaz de proporcionar una mayor satisfacción en las relaciones de pareja y de mejorar la autoestima en los seres humanos”.
La ciencia asegura que ningún alimento por sí mismo genera excitación sexual en un ser humano, aún así algunos de ellos son efectivos y es posible que debamos agradecérselo al tan conocido “efecto placebo”. El mantra “si crees que funciona, va a funcionar” tiene algo de cierto, después de todo la mente, su poder y alcance continúan siendo un misterio para nosotros.
Puede que tu médico o sexólogo no vaya a recetarte ostras con vino para solucionar tu inapetencia sexual, aún así es una opción interesante para probar y más sana que cualquier fármaco. Este fin de semana podrías cocinar unos mariscos para tu pareja, con algún postre rico de chocolate, y ver qué pasa.