Benjamin Alfonso estudió diseño industrial, pero el mundo del modelaje lo estaba llamando a gritos. Por recomendación de su psicólogo empezó a actuar para conocerse y descubrió su vocación. Interpretó al “Petisero” en la tira Viudas e Hijos del Rock and Roll, participó en la miniserie Historia de un Clan y ahora hace de la pareja de Diego Ramos en la tira Educando a Nina.

Texto. Florencia Garibaldi / Fotos. Monstruo Estudio


Si bien su personaje de Historia de un Clan fue pequeño, causó furor en las redes y lo hizo cobrar visibilidad. Fue trending topic con el hashtag #ElChicoDeAlLadoDeLaDucha, debido a que había una escena en un vestuario donde aparecían todos bañándose y el público femenino reparó en su belleza. Hasta le valió la creación de un club de fans.  En su descripción de Instagram dice “Estoy probando cosas”, y esa es una frase muy acertada que describe por lo que está pasando. Si bien es una de las nuevas caras de la televisión, Benjamín apunta a ir un poco más lejos que a jugárselas de galán.

¿Cómo pasaste de modelar a la actuación?

De chico no consideraba actuar, era algo de otro planeta, pero siempre fui cinéfilo. Acaparaba muchas horas de mi vida viendo tele. A los 19, trabajé tres años en una imprenta en Barracas mientras estudiaba Diseño Industrial. En el medio me venían ofreciendo ser modelo pero no me divertía para nada, aunque fue la primera puerta para entrar a la actuación. Fue la clave para aprender a mostrar mi imagen. Para todos los hombres al principio es raro. El psicólogo me recomendó estudiar teatro, pero no porque veía que era mi vocación, sino para poder conocerme en todos mis aspectos y jugar a ser lo que quieras ser. Volver a ser como un niño por momentos. Todos deberían pasar por ahí. Hay un ejercicio que se llama el “yo afectado” que te permite hacer todo: destruir, romper, volver a armar. Apenas arrancó la primera clase me quería ir (risas). Me presentaron a gente de Pol-ka, pero era un desastre, me dolían los ojos de verme. Mientras estudiaba iba a castings de modelaje para poder mantenerme. Me quería mudar solo, somos muchos hermanos y quería mi espacio. Además mi viejo financiaba una familia enorme, no le quería pedir más plata.

“Cuando te consideran atractivo sos protagonista o no sos nada. Me jugaba medio en contra, sumado al prejuicio de que por ser modelo y tener una cara bonita no servía como actor”

¿Notaste el salto a la fama que te dio el desnudo de Historia de un Clan?

Tuvo mucha más repercusión de lo que imaginé, no sabía lo del hashtag de la ducha que me hicieron. El personaje era bastante chico y sinceramente no tuve escenas que me exijan tanto, salvo el desnudo (se ríe). Se muestra un montón más de lo que me gustaría. Pero el proyecto lo ameritaba. Siempre había soñado con hacer algo de esa época y justo había estado en México así que la fla-sheé con el bigote porque era algo folclórico del lugar. Estaba a la moda encima. Tengo un lado que me gusta meterme para adentro, a fin de año me voy a surfear, me gusta dejarme la barba y el pelo largo. Cuando modelaba me tenía que afeitar todos los días, así que aproveché esa oportunidad para usar el bigote. 

¿Fue difícil poder despegarse de ser sólo un chico lindo?

Sí. Siempre fue una búsqueda intensa. Todo lo que me daba de comer como modelo en el ambiente televisivo era polémico. Cuando te consideran atractivo sos protagonista o no sos nada. Me jugaba medio en contra, sumado al prejuicio de que por ser modelo y tener una cara bonita no servía como actor. No había apuesta en mí. Con el tiempo se dieron cuenta de que era trabajador, que preparaba mucho los personajes, que por suerte me tocaron uno totalmente diferente de otro y me permitieron ser muy versátil y demostrarles que podía. Ya me están llamando más como figura y menos como modelo. El modelaje me permitió llegar hasta acá. En ese mundo hay mucha gente que está intentando pasarse a la actuación. Algunos muy talentosos pero que por una cosa u otra nunca llegan. Ahora que estoy escribiendo, mi idea es meterlos a todos ellos en mi proyecto. Personalmente siento que lo que me hizo llegar hasta acá es que soy un busca, iba a tocar puertas y les decía que me tenían que contratar a mí. Es una vida espectacular la del actor, pero es sacrificada.

“El personaje de Historia de un Clan era bastante chico y sinceramente no tuve escenas que me exijan tanto, salvo el desnudo (se ríe)

¿Qué estás escribiendo?

Me atrae generar emociones al estilo del final de El Club de la Pelea, que termina y te vuela la cabeza. Busco eso. Escribir cosas que a la gente le rompa la mente. Son historias que tocan diferentes puntos de vista, tomé referencias de vivencias que me contaron. Estoy estudiando con Mauricio Kartun (dramaturgo) y escribiendo una obra de teatro por un lado, y por otro una película. No quiero contar nada ahora porque la energía está concentrada en el armado. Una vez que termine este proceso lo voy a poder largar. 

¿Tenés pensando actuar en tus proyectos?

Sí. Sylvester Stallone (actor) escribió Rocky y la dirigió también. Le ofrecieron plata para comprársela y no quiso si no era el protagonista. Nadie lo quería hacer hasta que lo logró. Lo mío es medio así. La película la hago con una amiga que es directora de cine y nos ayudamos mutuamente, pero quiero participar en la toma de decisiones. La diferencia es que mi personaje no es el protagonista, siempre elijo algo más secundario. Siento que el que tiene que brillar es otro. Tengo un montón de cosas escritas para desarrollar y es un trabajo inmenso. Aunque capaz la gente ni lo vea. Hay que darlo todo y tratar de ser lo más prolijo posible. Pero lo fundamental es el cariño, eso trasciende la pantalla. La parte más linda es el proceso creativo. Puedo jugar y equivocarme, porque tampoco es mi fuente de ingresos.

¿Qué te generó enfrentarte a tanta exposición y que tu cara ya no sea una más por la calle?

Uno no toma consciencia de la cantidad de estímulos que recibe, todo el mundo necesita algo de vos y te dicen cosas lindas. Pienso en los que empezaron a trabajar de chicos y en los que se perdieron como Britney Spears (cantante). El otro día pensaba en Messi (Lionel) y el grado de exposición que tiene, y encima nosotros le exigimos tanto. Aún me estoy adaptando a la locura que es todo. No quiero dejar de ser yo, ni subirme a nada. Porque encima esto le llega hasta a tu familia. Apenas empecé estaba re paranoico. Si me juntaba con mis amigos a comer y querían ir a algún lado les decía que prefería quedarme encerrado (risas). Igual es toda buena onda la que te tiran. Ahora estoy más tranquilo.